Ganaderos, cooperativas y fabricantes quieren aprovechar la conmemoración, hoy sábado 27 de marzo, del Día Mundial del Queso, para animar a la población a que respalde los alimentos nacionales, porque estarán apoyando a los productores, al desarrollo económico, al empleo en el medio rural y también al medio ambiente.
España es uno de los países del mundo con mayor tradición quesera gracias en buena parte a su orografía y climas, factores que han condicionado el asentamiento y desarrollo de un gran número de razas de ganado de las tres especies (bovina, caprina y ovina) y hasta150 variedades. Variedad, versatilidad y propiedades nutricionales juegan en favor del queso, que no debe faltar en nuestras mesas.
“Pongamos en valor a todas las personas que lo hacen posible. Ganaderos, maestros queseros, afinadores, queserías… Por todo esto y mucho más, nos sobran las razones para apostar por los quesos de España”, detalla la directora gerente de la Organización Interprofesional Láctea (Inlac), Nuria María Arribas. En este contexto, la Inlac está ejecutando la campaña Quesea para divulgar la oferta de quesos de origen nacional en 295 supermercados e hipermercados, con distintivos propios en los lineales de quesos, vinos y “picos” de estos establecimientos.
Razones nutricionales para disfrutar del Queso en su Día Mundial
¿Por qué apostar por uno de nuestros alimentos más emblemáticos? El queso contiene proteínas de alto valor biológico, superior incluso a la leche.
¿Sabías que una porción de 100 gramos equivale al requerimiento diario de calcio de un adulto?
Es un alimento rico en vitaminas A y D, que ayudan al cuerpo a absorber el calcio y a mantener huesos y dientes sanos.
El queso también es rico en vitaminas del grupo B, como la B12, la B9 (ácido fólico), la B1 (tiamina) o la B2 (riboflavina).
Es de gran importancia que el queso esté presente en la dieta de los niños, para garantizar su correcto desarrollo. También debe incluirse en la dieta de los adultos.
¿Qué cantidades debo tomar? Las Guías en Alimentación recomiendan entre dos y cuatro raciones al día de lácteos (entre leche, queso o yogur). En nuestro caso, la porción de queso semicurado o curado rondaría los 30 gramos y, la de queso fresco, unos 60 gramos, aproximadamente.
