Finca La Asunción: robotización e diferenciación para acadar a excelencia

La tendencia hacia la robotización de tareas fue la que siguió Santiago García cuando, hace cinco años, decidió dar más peso a la producción de leche dentro de su ganadería, actividad que compagina con la importación de animales. Hace tres décadas que confía en los equipos de DeLaval y, tal y como cuenta en Vaca Pinta 39, en esta nueva etapa ha seguido contando con ellos: en la actualidad, dispone de 3 robots DeLaval VMS™ V300, de una nodriza, de una instalación de fotoperiodo controlado y del sistema cow cooling de la marca sueca.

En los años sesenta comenzó a funcionar Finca La Asunción. La pusieron en marcha los padres de Santiago García, el actual propietario, ya con la actividad diversificada: por un lado, la producción de leche y por otro, la importación de animales de Europa. “Desde hace unos seis años, que fue cuando decidí potenciar más la rama de producción, ambas divisiones tienen el mismo peso para mí”, cuenta García Souto. 
Lo hizo pensando en poder pasar más tiempo en la ganadería y en mejorar en calidad de vida, lo que lo llevó a la senda de la robotización. En 2018 empezaron a ordeñar con el DeLaval VMS™ V300 y, en la actualidad, disponen de tres unidades de este robot. La relación de confianza y cercanía con el soporte técnico, así como determinadas características de este modelo, como la posibilidad de colocación manual de las pezoneras y el foso, fueron los puntos esenciales para decantarse por esta máquina. 

UNA TRANSICIÓN SIN APUROS
El proceso para retirar definitivamente su antigua sala de 2x8 de espina de pescado duró alrededor de un año. En 2018 instalaron el primer robot, para las primerizas; seis meses después, el segundo, para las intermedias, y ya en 2019, el tercero y último, para las adultas y recién paridas. “La granja apenas necesitó reforma y la transición fue lenta para estar seguros de hacer una buena adaptación, tanto de los animales como nuestra, a este nuevo sistema de trabajo”, explica. 
En general, asegura, el cambio resultó más complejo para el equipo humano que para el rebaño. “Los animales se adaptan rápidamente, sobre todo cuando hacen la siguiente lactación; desde que los instalamos, en cuestión de 3 o 4 semanas los retrasos se redujeron notablemente y el sistema productivo empezó a funcionar de manera normal”, expone. En contrapartida, “a nosotros nos implicó adaptarnos a un nuevo programa y contar con trabajadores preparados y que se adaptasen a este sistema de producción; todo ello para llegar a alcanzar unos resultados que justifiquen la inversión hecha, por supuesto”. 
Con el cambio en el sistema de ordeño, en La Asunción también sustituyeron el programa de gestión con el que llevaban dos décadas trabajando por la aplicación DeLaval DelPro™. “Al principio me costó, pero la mejora con el cambio fue notable; ahora tanto los trabajadores como yo nos veríamos incapacitados si no tuviéramos la información que nos proporciona para poder trabajar en el día a día”, afirma. 



EL EQUIPO HUMANO
“Cuando inicié la robotización de la granja, lo hice pensando en mejorar la calidad de vida tanto de los animales como de las personas. Si mis animales están bien y mis trabajadores están bien, eso implica que yo estoy bien”, resume el propietario de Finca La Asunción. 
En este sentido, remarca el valor de rodearse de un buen equipo. “A mí me costó mucho trabajo, pero hoy tengo la suerte de contar con un grupo de personas que estamos realmente compenetrados y nos llevamos bien y creo que, en parte, la robotización del sistema de ordeño, la nodriza, etc. nos ha ayudado a tener un trabajo menos estresante, de más calidad y que facilita nuestra buena relación en el día a día”.
 
CAMBIOS EN EL TRABAJO, EN LA PRODUCCIÓN Y EN EL BIENESTAR
Hablando de las mejoras experimentadas, señala que lo más destacable para él ha sido el cambio en la calidad del trabajo: “Son labores más de oficina, más técnicas. Además, el robot te permite dedicar más tiempo a tu vida familiar o a asuntos propios y, a la hora de distribuir vacaciones o días libres, que falte una persona nunca es un problema, cuando antes era casi una desgracia”.
También han sido destacados los cambios en la longevidad y en la producción de las vacas: “Producen más porque se ordeñan más veces y sus ubres sufren menos porque soportan en los ligamentos menos peso y menos kilos de leche en la ubre”. En el caso de esta ganadería, pasaron de 11.800 litros por lactación normalizada a 305 días a 13.950 litros y, en cuanto a la longevidad, registraron un incremento en la media: de las 2,7 que tenían antes, ahora están en las 3,1 lactaciones en granja.



COW COOLING, FOTOPERIODO CONTROLADO Y NODRIZA 

  • El cow cooling es un sistema domotizado de ventilación que ayuda a controlar la temperatura y la humedad. “Valoramos mucho que, cuando echa el agua, la gota sea gorda, que penetre la piel de la vaca y, por lo tanto, haga un enfriamiento rápido”, destaca García. Después, la turbina de aire que está encima de la cornadiza las seca y el ventilador, ubicado encima del cubículo, mueve el aire para evitar cualquier tipo de problemas con amoniacos y garantizar que los animales respiren un aire limpio. 
  • Así mismo, cuentan con fotoperiodo controlado, un sistema de iluminación, también domotizado, a través de luces en tres colores (blanco, amarillo y azul). Cuando los lúmenes de la granja bajan, el sistema enciende las lámparas para garantizar que les llegue a los animales la suficiente luz para potenciar su bienestar y su producción. 
  • La nodriza fue una sorpresa muy positiva en Finca La Asunción: “Es una inversión muy barata de la que se obtiene un resultado óptimo y que supone una liberación de trabajo para nosotros. Cierto es que hay que aprender a trabajar con ella, a nosotros nos llevó como año y medio, pero ahora estamos encantados: la mortalidad de terneras nacidas vivas del año 2022 y 2021 fue del 0 % y conseguimos que la ingesta sea muy superior, a veces de entre 12 y 15 litros de leche. Además, la máquina hace una mezcla perfecta, con una temperatura ideal, y las terneras pueden ir siempre que quieran a ella”.  

PALABRA DE TÉCNICO

UN ROBOT GRANDE PARA UNAS GRANDES VACAS

Hace 30 años que en Finca La Asunción confían en el trabajo de esta casa. “De hecho, la primera instalación de ordeño que tuvieron, una sala, se la montamos nosotros”, recuerda José Ramón Sebio, gerente de Agrícola Sebio, empresa distribuidora de DeLaval en A Coruña. En el paso a la robotización han vuelto a confiar en los equipos de DeLaval, compañía cuya línea de negocio se dirige, en general, hacia la automatización de todos los sistemas de un establo. 
Actualmente, en esta granja cuentan con tres robots DeLaval VMS™ V300, máquinas que disponen de un equipamiento bastante elevado: desinfección entre vaca y vaca, limpieza de pezuñas, cierres magnéticos…
La elección de robotizar la granja vino definida por las tendencias del mercado: no solo facilita el tercer ordeño sin necesitar más personal, sino que con ellos la dependencia de mano de obra se ve reducida y, por otra parte, al no depender del factor humano, se garantiza que el ordeño se va a hacer siempre de la misma manera.
“A Santiago le gustan las vacas muy voluminosas, por lo que en Finca La Asunción el tamaño de los animales fue un factor determinante a la hora de seleccionar la estación de ordeño robotizado”, señala el distribuidor de DeLaval. En este sentido, la ventaja del V300 es que es configurable en función del animal: es posible adaptarse a vacas pequeñas, como las jersey, o a vacas muy grandes, tanto en estatura como en longitud. En La Asunción adquirieron el modelo más grande, el XL, para asegurarse de que los animales entrasen con fluidez.