La Associação dos Produtores de Leite de Portugal (Aprolep) acaba de comunicar que en 2020 Portugal perdió 200 productores de leche, doscientas familias que abandonaron esta actividad, y que quedan solo 4.000 ganaderos en el sector. “Los que resisten o sobreviven están cansados y muy preocupados por el futuro, pues en diciembre el precio medio al productor fue de 30,4 céntimos/kg, uno de los más bajos de Europa. Sin ningún indicativo de que pueda haber una subida de ese precio, la leche ya está siendo pagada por debajo de los costes de producción, tanto es así que en diciembre el precio de la ración comenzó a subir y ya hay ganaderos que están pagando unos 38 céntimos/kg de ración”, apuntan.
Con el objetivo de alertar al Gobierno y a los diferentes partidos de la necesidad de aplicar la nueva PAC sobre el terreno, permitiendo la supervivencia inmediata de los ganaderos, y de pedir una vez más a la industria y a la distribución un diálogo para colocar el precio de la leche en niveles sostenibles para el productor, la Associação dos Produtores de Leite de Portugal (Aprolep) va a colocar esta mañana en el suelo de la Avenida de los Aliados, en Oporto, ciudad que está en el centro de la zona más lechera del país, las botas usadas de los productores de leche para representar a los 200 ganaderos que abandonaron el sector en el último año y exigir políticas que eviten el abandono de muchos más y la muerte lenta de la producción de leche en Portugal.
La Aprolep señala que “el precio bajo de la leche ha sido mitigado, a lo largo de los años, con las ayudas de la PAC, pero al final de 2020, hemos sido alertados por simulaciones de la evolución de las ayudas al rendimiento para los próximos años realizadas por entidades independientes, como la Universidad Católica de Oporto o el profesor Francisco Avilez, que apuntan hacia una enorme reducción de las ayudas anuales a la producción de leche”.
A mayores, destacan que “el Ministerio de Agricultura ha hecho referencias a mitigar esa reducción con un ajuste de los pagos ligados y la introducción de ecoesquemas, con el objetivo de pagar la contribución de la agricultura y de la producción de leche en la lucha contra el cambio climático y en la preservación del ambiente y de la biodiversidad, pero a decir verdad las simulaciones más optimistas del propio Ministerio indican pérdidas brutales en las ayudas al rendimiento de los productores de leche”.
Por último, resaltan que “para los agricultores y productores de leche, más importante que las ayudas sería recibir un precio justo”.
