CARLOS RIVEIRA - VETERINARIO CLÍNICO (A PASTORIZA, LUGO)

“Los veterinarios aún podrían empezar a aportar en esta nueva fase de contención”

Durante el estado de alarma provocado por el SARS-CoV-2 hubo que modificar un poco la estructura de trabajo, por ejemplo, no programamos celos en las vacas o vacunaciones en las tres primeras semanas de la alerta. Ahora vamos incorporando esas tareas poco a poco y para algunas consultas sencillas, en las que se puede solucionar el tratamiento sin necesidad de mi presencia, sí que las resolvemos telemáticamente.

Incorporamos las mascarillas al equipo de trabajo, pues el resto de las medidas ya se implementan a lo largo de todo el año. Donde más esfuerzos hice fue a nivel informativo. Desde el primer momento establecí contacto con los clientes para explicarles la rutina que íbamos a llevar a cabo y coloqué carteles en el vehículo para recalcar la necesidad de la distancia, de la higiene de manos y de no tocarse la cara. Además, definimos desde el primer momento el tipo de personas que no podrían estar presentes en determinados momentos, como puede ser la asistencia en partos o las operaciones, y qué tipo de equipamientos mínimos deberían tener. Intenté simplificar los procesos marcados por el Gobierno central y la Xunta de Galicia, buscando siempre que fueran aplicables, proporcionados, efectivos y sencillos. Dentro de las recomendaciones en las que insistí continuamente, aparte de la distancia, higiene de manos y no tocarse la cara, incidí de manera especial en dos aspectos: saber identificar puntos de riesgo dentro del rural, tanto los endógenos, derivados del trabajo en común, como los exógenos, a través de los flujos de visitas a las explotaciones, y, sobre todo, conocer pautas de protección de la gente de riesgo, personas mayores o con patologías asociadas que vivan en casa o tengan a su cargo.

En cuanto al comité asesor del Gobierno, creo que no aprovechar todo el conocimiento disponible es siempre una lástima. En este caso concreto, dada la naturaleza de la pandemia y el conocimiento acumulado de los veterinarios sobre control de la salud colectiva, se puede deducir que la pérdida de oportunidades al no estar incorporados en el comité asesor fue considerable. Ahora bien, llegado este momento, me parece necesario que esto sirva como punto de inflexión para que, de una vez por todas, se fortifique y se dé la importancia que precisa a la prestación de la Salud Pública dentro del Sistema Nacional de Salud. Eso pasa por, entre otras medidas, dotarse de una estructura multidisciplinar que opere bajo el concepto One Health, en el que inexcusablemente deben estar incorporados los profesionales sanitarios veterinarios para que se pueda trabajar de forma integral y eficaz dando forma a protocolos que permitan actuar cautelarmente en las fases de contención y no se tenga que llegar a fases de mitigación tan dramáticas como las que están ocurriendo en muchos países.

Los veterinarios aún podrían empezar a aportar en esta nueva fase de contención que supone la desescalada. Todavía nos falta mucho por recorrer en esta aventura del coronavirus. 


BLINDAR EL RURAL FRENTE A LA COVID-19

Carlos Riveira lanzó la campaña “Blindar el rural de la covid-19” para tratar de aportar su granito de arena en la lucha contra esta enfermedad. Él mismo nos habla de cómo nació:

“Del convencimiento de que la actitud y aptitud de las personas en la autoprotección de su salud es un pilar fundamental surgió la iniciativa “Blindar el rural de la covid-19”, para potenciar esa corresponsabilidad de la sociedad desde la prevención activa, adecuando las medidas generales de bioseguridad a las particularidades propias del trabajo en el campo, simplificando procesos o identificando posibles riesgos que puedan derivar de una confusión al tener tanta información.

El coronavirus SARS-CoV-2 no puede paralizar el mundo, porque la vida continúa, la gente en el campo tiene que seguir trabajando y precisa de claridad y capacidad para gestionar su propia salud. El confinamiento para la gente ganadera no es una opción, de modo que tiene que saber cuidarse y cuidar a los que tiene en casa. Esto no es solo necesario en el rural, también es extrapolable al ámbito urbano, confinar es una medida sencilla de llevar a cabo, pero en algún momento hay que volver a la calle y en esa vuelta la capacidad de la gente para autoprotegerse es fundamental.

Para llegar al mayor número de gente posible, la iniciativa se desarrolló con la implicación de compañeras veterinarias a través de la colocación de carteles informativos muy sencillos en los locales abiertos (cooperativas, tiendas, farmacias, centros de salud...) de diversos ayuntamientos colaboradores. El cometido de los carteles es que sirvan de punto de atención para recordar y reforzar las recomendaciones básicas de autoprotección y también los puntos críticos donde puede estar circulando el coronavirus con mayor intensidad en las localidades rurales, así como un breve listado de pautas que debemos seguir dependiendo del tipo de amenaza.

La campaña se difundió en la página de Facebook “Blindar el rural covid-19”, también a través de los grupos de WhatsApp con nuestros clientes y de diferentes asociaciones e iremos abordando proyectos por fases para reforzar ese concepto sanitario de la autogestión de la salud en todas las franjas de edad, incluida la gente más joven, que considero clave.” 


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