Ganadería Cabo: optimización de la granja de la mano de DeLaval

Pedro Sarceda es el actual propietario de Ganadería Cabo, una granja familiar asentada en Baleira (Lugo) en la década de los 80. Ahora, con un empleado en plantilla y más de un centenar de vacas en producción, este negocio ha logrado un salto de calidad gracias al uso de dos robots DeLaval VMS™ V300 y un arrimador de comida DeLaval OptiDuo™. Lo cuenta en este reportaje publicado en Vaca Pinta 37.

Para Pedro Sarceda, uno de los encargados de Ganadería Cabo, dar el paso a la robotización supuso una garantía a la hora de poder seguir adelante con su explotación familiar, situada en Baleira (Lugo). “Hoy, si tuviera que volver a un ordeño en sala me lo plantearía mucho y seguramente sería inviable por el tema de los trabajos y la falta de mano de obra”, asegura el ganadero.
Y es que esta granja comenzó, en julio del año pasado, a ordeñar con dos robots DeLaval VMS™ V300. “La sala de ordeño se empezaba a quedar pequeña, los ordeños superaban las dos horas y media, encontrar mano de obra cualificada era muy complicado y no bajábamos de las seis horas diarias en el foso; no había tiempo para sacar el trabajo adelante”.
Según apunta Sarceda, barajó todas las marcas disponibles en el mercado, pero las características propias de la explotación hicieron que se decantase por DeLaval: “El servicio es bueno y poder colocar las pezoneras manualmente es algo que valoro mucho, sobre todo para los primeros ordeños, para vacas recién paridas e incluso para algún animal que, después del parto, es más difícil a la hora de manejar las ubres”, apunta.

DE SALA DE ORDEÑO A ROBOTIZACIÓN
El proceso de adaptación a una explotación robotizada, tanto para los animales como para los trabajadores, puede ser uno de los grandes quebraderos de cabeza a la hora de plantearse dar el paso. “Era algo a lo que le tenía bastante respeto, pero la verdad es que ha resultado mejor de lo que me esperaba”, indica el ganadero.
“Empezamos metiendo los animales de mayor producción, pues el primer ordeño nos ocupó varias horas hasta que conseguimos pasarlos a todos. Al siguiente día, muchas ya entraron solas y otras las fuimos metiendo nosotros, por lo que hubo una o dos semanas un poco más complicadas al principio, pero después acabaron cogiendo el ritmo sin problema ninguno”.
Una vez sorteados esos inconvenientes, fruto de la novedad del sistema, la valoración final es muy positiva: “Ha sido mucho mejor de lo que pensaba, la primera semana sí se arrimaron animales, pero cogieron bastante rápido el sistema. Es cierto que no han parido todas de nuevo, entonces no todas han comenzado lactaciones en ellos y alguna todavía se frena algo, pero en general apenas se están arrimando animales”.

EL SOPORTE TÉCNICO DE DELAVAL, UNA GARANTÍA
El cambio e instalación de los robots es más sencillo si hay una compañía que se encarga de supervisar todo el proceso de manera pormenorizada. Es el caso de Delaval que, tal y como indica Pedro, “están muy acostumbrados a la puesta en marcha de este tipo de máquinas y te van asesorando e indicando cómo lo harían ellos. Fue tal y como nos dijo el técnico, programamos un día y una hora concreta para comenzar a meter los animales, y así sucedió”, comenta.
Una vez que Ganadería Cabo comenzó a funcionar con los robots, el trabajo del equipo de DeLaval pasó a centrarse en que la explotación se mantuviera funcionando continuamente, sin dar lugar a errores técnicos. “Ante cualquier cosa que ocurre los llamamos y lo revisan, es un servicio eficiente. Es cierto que las máquinas no han dado problemas en sí, pero, si pasa algo, nos ponemos en contacto, y ellos se conectan en remoto; si pueden, ya lo solucionan desde allí; si no, se presenta en breve alguien aquí”. 

IMPACTO EN EL BIENESTAR Y RENDIMIENTO DE LA EXPLOTACIÓN
La instalación de los robots de ordeño ha supuesto una mejora en todos los aspectos de la granja, desde el bienestar de los trabajadores y los animales hasta la producción diaria. “Estamos con menos personal que antes y los horarios son más flexibles. No hace falta estar a las 6 en punto de la mañana, porque las vacas ya están ordeñadas; de lo que te tienes que encargar es de revisar los animales, solucionar los problemas que puedan surgir de alguna que bajó la producción… Ese tipo de cosas”, comenta. Para el empleado también ha supuesto una mejora, ya que “en vez de estar tantas horas en el foso, le da tiempo a hacer otras tareas y el trabajo es más llevadero”, añade. 
En cuanto a la producción, la explotación también ha experimentado un incremento. “Antes estábamos en 38 litros de media y, aunque depende de cómo estén los animales y de su pico de producción, ahora llegamos casi a los 40 litros”. A esto hay que sumar su propio bienestar, ya que las vacas están mucho más tranquilas y eso repercute directamente en el rendimiento. “Ves vacas comiendo, otras acostadas y otras entrando... No se mueve la granja como antes, cuando iban todas juntas a la sala, sino que ahora cada una anda a lo suyo y están mucho mejor”, concluye. 
Todo ello hace el trabajo más cómodo para los responsables de Ganadería Cabo y, aunque no se plantean a corto plazo la instalación de otro robot, “nunca se puede decir que no, porque se sigue creciendo”.

DELPRO: LA MANERA MÁS EFICAZ DE CONTROL
Además de los robots, la explotación cuenta con otros complementos de la compañía. Este es el caso de DeLaval DelPro™, la aplicación que permite un control exhaustivo de todos los datos relativos a la producción de los animales. Con este software, los trabajadores de Cabo revisan todos los días datos relacionados con el consumo de pienso, entradas, porcentajes de incompletos y celos, entre otros. 
Para el correcto funcionamiento de la granja, todos estos parámetros deben ser tenidos en cuenta. “La actividad es muy importante para la detección de posibles enfermedades o celos, por ejemplo, de la misma forma que lo son los datos de ordeño o conductividad”, apuntan.