EN LA GRANJA | FUENTES DEL TAJO (MONTEARAGÓN, TOLEDO)

Superar las 1.000 vacas y seguir pensando en nuevos proyectos de futuro

Rodeada por el río Tajo y en el corazón de una comarca bastante ganadera, la ganadería Fuentes del Tajo destaca por sus dimensiones, por el relevo generacional y por sumarse a la modernización constante de sus instalaciones con la robotización del ordeño, la apuesta por la energía solar y la búsqueda de una mejor gestión de sus purines. Miguel Ángel Sáez y una de sus hijas, Jenifer, nos han abierto las puertas de su granja. Ver más en Vaca Pinta 46.

Localización: Montearagón (Toledo)

Propietarios: Miguel Ángel Sáez, Jenifer Sáez y Laura Sáez

N.º total de animales: 1.020

Vacas en ordeño: 620

Media de producción anual: 45 kg/vaca/día

Porcentaje de grasa: 3,70 %

Porcentaje de proteína: 3,40 %

RCS: 150.000 cél./ml

Venta de la leche: Lactalis, Schreiber, Quesos Esperanza del Castillo y Talavera Selecta

El bienestar, la alimentación y la genética de los animales junto a la tecnificación de la producción de leche forman los cuatro pilares sobre los que se sostiene la ganadería Fuentes del Tajo.

Para conocerla, viajamos hasta la localidad toledana de Montearagón, muy cerquita de Talavera de la Reina, y de camino a su entrada pasamos rozando el río Tajo, una fuente natural de agua que justifica la presencia de granjas lecheras en esta zona, además de ubicarse en una área con gran densidad de población y mucha demanda de productos alimentarios.

Miguel Ángel Sáez fundó la explotación en 1998. La tradición ganadera viene de familia, su padre ya tenía vacas y estuvo en contacto con la producción lechera desde siempre. “En 1986 me independicé y estuve trabajando de encargado en una finca 13 años hasta que decidí montar mi propio negocio”.

Compró la finca actual y empezó a trabajar con 25 vacas que importó de Holanda. “Construimos la primera nave y el crecimiento fue paulatino hasta el día de hoy, en el que también están incorporadas mis hijas, Jenifer y Laura”, resume el ganadero.


Más de 1.000 cabezas y 620 vacas en ordeño

“Mi padre siempre se ha dedicado a este sector, tanto con la granja como con la empresa de servicios ganaderos y agrícolas que tenemos. Mi hermana estudió Económicas ya con la idea de llevar la administración y la contabilidad de las empresas y yo me di cuenta de que en realidad lo que me gustaba era esto después de estudiar Enfermería, ser madre y llevar unos cuantos años haciendo guardias”, resume Jenifer, que ahora se dedica a la ganadería al 100 %.

Actualmente, ya superan el millar de animales, pues suman un total de 1.020 cabezas, de las que ordeñan 620 vacas. Por lo general, cuentan con unas 38 vacas secas y entre todos los lotes de recría reúnen a otros 360 ejemplares.

Para el manejo de todo este rebaño y la realización de todos los trabajos que conlleva una ganadería de estas dimensiones registran una plantilla de 10 empleados: “Una persona se ocupa del mantenimiento, otra realiza las tareas de alimentación y tres personas se dedican únicamente a meter los retrasos del ordeño y a hacer la limpieza y el mantenimiento de los robots a diario. Luego, tenemos un administrativo, un veterinario propio de la explotación, junto con un auxiliar y un correturnos, que es el que cubre los días libres del resto”.              


“Aumentamos la producción tres litros de media y los animales están más tranquilos”

UNA DECENA DE ROBOTS

La gestión del personal y la búsqueda de trabajadores es en Fuentes del Tajo, como en la gran mayoría de las ganaderías y de las empresas en general, una de las tareas más complicadas.

Principalmente por este motivo, y porque llevaban tiempo pensando en la mejora del manejo y del confort animal, dieron el paso hacia la robotización del ordeño.

“Antes teníamos una sala rotativa de 40 plazas en la que ya hacíamos tres ordeños diarios y en el año 2020 instalamos los dos primeros robots”, indica Jenifer.

El cambio al ordeño robotizado fue paulatino y fueron incorporando a la granja boxes de ordeño en parejas, siempre de dos en dos. “Durante todo este tiempo de transición fuimos metiendo animales uno a uno en los robots, con mucho tiempo y mucha dedicación, para que se fuesen acostumbrando y aquellos que aún quedaban en sala se ordeñaban tan solo dos veces al día”, explica la ganadera.

Reconocen que el cambio fue “bastante importante” y que notaron mejoras, como el aumento en la producción, “de unos tres litros de media”; la mayor tranquilidad en los animales, “pues agradecen que no haya tanto trasiego”, y el incremento de datos a los que tienen acceso, “porque con los collares de identificación conocemos datos de ingesta, de rumia, de actividad, de celos… y con ello gestionamos mucho mejor –describe Jenifer– a nuestras vacas y nos anticipamos mucho a diferentes problemas”.

En el patio de preparto tienen instalada una estación de entrenamiento para los robots, gracias a la cual las primerizas se van entrenando con pienso para su posterior entrada al ordeño automatizado.

Otro sistema que integraron con la robotización fue la instalación de geolocalizadores por los pasillos de las naves. La gran dimensión de las instalaciones provoca que encontrar a un animal con algún tipo de alarma o con retraso en el ordeño sea una tarea complicada y de esta forma “simplemente introducimos el número de la vaca que estamos buscando en la aplicación de nuestro móvil y enseguida te indica, a través del GPS, donde está dicha vaca. Esto nos reduce muchísimo el tiempo de trabajo”.

A día de hoy, cuentan con diez robots de ordeño y varios patios de animales para cada dos. En el primer patio ubican a las novillas, porque en este existe una zona de separación y les es más fácil su manejo, al no estar tan bien entrenadas. El resto de animales se distribuyen indistintamente por los demás patios y robots.

La media de número de ordeños ronda los 2,7 y la de producción por vaca y día es de 45 kg de leche, con un 3,7 % de grasa y un 3,4 % de proteína. Su recuento celular se mantiene en las 150.000 células por mililitro de promedio.


“En la primera fase ya comprobamos que sería positivo y, cuando la luz estuvo tan cara, la amortización fue mucho más rápida”

TODAS LAS COMODIDADES

La instalación principal, la más grande y compuesta por varias naves con motivo de las diferentes fases de crecimiento del negocio, está dedicada a los animales de producción, a las secas y al preparto y a los recién nacidos. En ella también se encuentran los robots, como es lógico, y la sala antigua –que quieren poner pronto a la venta, porque ya no le están dando uso.

Tienen 640 cubículos con camas de arena. “Las rellenamos dos veces a la semana y las limpiamos y peinamos una o dos veces al día”, indica Jenifer. El último patio de esta nave, dedicado a las secas y al preparto, dispone de cama fría. “La arena es más limpia y para el ordeño creemos que es lo mejor, pero en este otro lote mantenemos la cama fría por comodidad para ellas”, apunta. Una vez al día remueven la cama con un rotavátor.

Los bebederos son de acero inoxidable y volteo y los limpian dos veces al día como mínimo.

Para evitar el estrés por calor de sus animales, ya hace muchos años que en Fuentes del Tajo tuvieron que colocar un sistema de ventilación con ventiladores y duchas. “En primavera y verano hace mucho calor”, afirma, algo que afectaba a la producción y a la fertilidad de los animales.

El sistema detecta la humedad y la temperatura que hay en el ambiente y se conecta solo. Según dice Jenifer, “desde el mes de mayo hasta octubre, más o menos, están siempre encendidos y aun así la producción baja unos dos kilos de media”. Además, tratan siempre de evitar las inseminaciones en la época estival y sincronizan a sus animales para que el mayor lote de partos se produzca antes de adentrarse en ese tiempo.

LOS PRIMEROS CON PLACAS SOLARES

La climatología de la zona, a pesar de ser difícil para ciertos aspectos, es muy provechosa para otros y, en este sentido, han sabido aprovechar la energía del sol desde hace ya unos ocho o nueve años. Según recuerda Miguel Ángel, “por aquel tiempo, en 2015 o 2016, la inversión nos pareció sensata, porque nos hablaban de una amortización de 7 u 8 años”.

Fueron pioneros en este sentido, de las primeras granjas de la zona que apostaron por montar placas solares y, tras dos instalaciones, ahora alcanzan 100 kilovatios/hora. “En la primera fase ya comprobamos que sería positivo y, cuando la luz estuvo tan cara, la amortización fue mucho más rápida”, asiente el toledano.

Todas las placas son para autoconsumo, porque la línea que pasa por su zona ya está saturada y no les permiten vender nada.

BIOGÁS, SIGUIENTE RETO

Todo el purín de los pasillos se limpia con arrobaderas de cable, que pasan constantemente y lo vuelcan en las fosas. Al final de las cuatro fases de la nave principal hay cuatro fosas abiertas, con una capacidad total de 3.000 m3.

Echan gran parte de lo acumulado en los terrenos que disponen para los cultivos y el resto lo entregan a un gestor de purines.

“En verano no tenemos problemas, pero en invierno, debido a las lluvias, se nos dificulta un poco esta tarea y tenemos que estar vaciando y aplicando constantemente en nuestras tierras”, apunta Jenifer.

Por ello, la gestión de purines es un tema que están valorando y para el que se les presentan varias opciones, que consideran positivas, aunque no terminan de desarrollarse del todo.

Miguel Ángel señala que se plantean dos alternativas: “Por una parte, ya nos han ofrecido instalar una planta propia de biogás y, por otra, estamos esperando a que se resuelva un proyecto del que ya hemos oído muchas noticias, que estaría cerca de aquí, y que sería la construcción de una planta comunal, pero la verdad es que no dan arrancado y no sabemos qué pasa”.

Ambas iniciativas están sobre la mesa en Fuentes del Tajo y será este asunto uno de los que protagonice su futuro a largo plazo.

Para el almacenamiento de las materias primas necesarias para las raciones dedican otra nave y ensilan sus cultivos en un total de siete silos, cuatro de ellos de menor capacidad, de 500.000 kg, y otros tres, los más nuevos, con 2 millones y medio de kilos.

Finalmente, la última de las naves, más abierta y con cama fría, la dedican en la actualidad a la poca recría que les queda en la granja. “Nos dimos cuenta que en nuestras instalaciones ya no teníamos capacidad suficiente para realizar el ciclo completo y, aunque está en proyecto hacer otra nave, tomamos la decisión de que lo más fácil sería enviar a nuestra recría a un centro”, puntualiza la ganadera.


“En verano no tenemos problemas, pero en invierno, debido a las lluvias, tenemos que estar aplicando purín constantemente en nuestras tierras”

Su centro de recría valenciano les recoge a los animales todos los meses con más o menos 15 o 30 días y vuelven a la explotación ya gestantes de siete u ocho meses.

“Nos van enviando informes de nuestras frisonas todas las semanas y, de momento, estamos muy contentos”, recalca.

Hasta que se marchan, las mantienen en boxes individuales con camas de paja. “Se alimentan de leche en polvo y, dependiendo de su peso y medidas, les damos dos o tres litros por toma. A mayores, –añade– les proporcionamos pienso de arranque en grano para que se vayan acostumbrando”.

REGADÍO Y COMPRAS

En cuanto a la alimentación, preparan una única ración para sus vacas en producción, otra para secas y las de las novillas, en caso de tener algún lote.

La de las productoras se compone de silo de maíz (34 kg), silo de hierba, aunque en el momento de nuestra visita estaban utilizando alfalfa (4,5 kg), copos de maíz (2,7 kg), soja (3,3 kg), melaza (1 kg) y correctores (3,6 kg). “Lo difícil en este grupo de animales es compensar su ración con el pienso en gránulo administrado en los robots”, asegura. Están tomando unos 6,7 kg de pienso en el robot.

La de las secas contiene paja picada (7 kg), copos de maíz (2,5 kg), soja (2,1 kg), agua (7 kg), melaza (1,2 kg) y correctores.

Las novillas en este momento se dividen en tres lotes: de 6 a 11 meses, de 11 a 16 meses y de más de 16 meses. Las primeras se alimentan de 7 kg de silo de maíz, 3,8 kg de paja picada, 1,7 kg de soja, 0,7 kg de copos de maíz, 0,6 kg de melaza y correctores; las segundas, de 8,5 kg de silo de maíz, 4,7 kg de paja picada, 1,9 kg de soja, 0,6 kg de melaza y correctores, y las terceras, de 8,5 kg de silo de maíz, 5,7 kg de paja picada, 2,1 kg de soja, 0,6 kg de copos de maíz, 0,6 kg de melaza y correctores.


Los cultivos propios no les permiten ser autosuficientes y compran un 60 % de las materias primas

Para estas raciones trabajan un total de 140 hectáreas, 100 propias y 40 arrendadas. Rotan cultivos de maíz con raigrás en 30 ha en regadío y las otras 110 se dividen en dos partes: 30 ha, para regadío, donde cultivan alfalfa, y 80 ha, en secano, donde siembran una mezcla de raigrás y avena.

“La alfalfa la sembramos una vez, en marzo o abril, y dura cuatro o cinco años. Le hacemos seis cortes al año, hacemos alpacas y la consumimos en seco”, detalla Miguel Ángel.

Calcula unos rendimientos para el maíz entre 45 y 50 t/ha, y para las cosechas de raigrás, entre 15 y 20 t/ha. “En los cultivos de secano dependemos de la lluvia; por ejemplo, el año pasado, que no llovió nada, no obtuvimos prácticamente nada y este año, que ha llovido mucho, esperamos muy buena cosecha”, subraya.

El sistema de regadío funciona con pívots por aspersión y tienen firmada una concesión a través de una comunidad de regantes: “El agua es del río Tajo y nos asignan unos litros en función de la sequía, pero normalmente –aclara– podemos regar como dos veces por semana”.

Las labores de campo las llevan a cabo ellos mismos a través de una empresa propia que realiza estos servicios. “Disponemos de toda la maquinaria porque hacíamos trabajos para terceros, pero vamos a ir reduciendo estos servicios y centrarnos más en lo nuestro”, valora el toledano.

El terreno del que disponen para estos cultivos no les permite ser autosuficientes y necesitan comprar otro tanto, o incluso el 60 %, de las materias primas que consumen. “Encontramos normalmente todo lo que necesitamos en la zona, como máximo a unos 100 o 150 kilómetros. Eso sí, –insiste– los precios fluctúan mucho según la campaña; por ejemplo, el año pasado compramos la hierba a 60 euros/t y este año la pudimos adquirir a 30 euros/t. Es una diferencia muy importante”.

Ángel Ávila, asesor en Nutrición y Gestión Técnico-Económica en Fuentes del Tajo
“Si tenemos alta digestibilidad, la vaca aumentará el consumo de materia seca, los litros de leche y la producción de sólidos”

¿Desde cuándo trabaja en esta granja y por qué comenzó la relación?

Miguel Ángel escuchó una charla que di en Santiago sobre las curvas de alimentación en robots y me llamó en septiembre de 2023 para ver si podía asesorarles con su robotización. Finalmente, empecé a trabajar con ellos en octubre.

Realizo una visita mensual y doy asesoramiento en nutrición y forrajes, y en gestión técnico-económica.

¿Qué raciones están administrando ahora mismo y por qué motivos las están haciendo así?

En este momento las vacas de producción en el pesebre están comiendo aproximadamente 34 kg de silo de maíz, 4,5 kg de alfalfa, 3,3 kg de soja, 2,7 kg de copos de maíz, 1 kg de melaza y 3,6 kg de un núcleo con minerales, aditivos, etc.

Ahora mismo estamos trabajando con alfalfa y silo de maíz porque están ensilando ahora el silo de cereal, pero normalmente siempre tenemos silo de cereal.

Las vacas secas se alimentan de una ración muy seca, paja picada (7 kg), copos de maíz (2,5 kg), soja (2,1kg), agua (7 kg), melaza (1,2 kg) y correctores y sales aniónicas, para conseguir un DCAD neutro de toda la fase.

Así, este año solo tenemos un 3 % de retenciones, un 12 % de cetosis subclínicas y ninguna cetosis clínica.

Yo soy un enamorado del tráfico libre, es decir, la vaca debe ir al robot, a comer o a beber cuando ella quiere. Así, están tranquilas. Hay vacas que se están ordeñando 4,5 o 5 veces al día y otras que se están ordeñando dos veces, dependiendo de la necesidad de cada una.

¿Qué estrategia se siguió a la hora de adaptar la alimentación a la robotización?

La adaptación fue muy buena.

Se metieron solo tres kilos de concentrado en el robot, se sacaron dos kilos en pesebre y se asignaron las tablas por días de leche y producción.

Las multíparas están llegando a un pico de producción de 58,8 litros a los 60 días y las primíparas, a unos 45 litros a los 100 días.

¿Están intentando mejorar algún aspecto en concreto?

Por un lado, a mí me gustaría llegar a hacer lotes de vacas secas en función de los robots y, por otro, estamos probando en una serie de vacas y de novillas lactaciones más prolongadas. Estamos intentando inseminarlas más tarde para tener lactaciones más largas. Los datos de momento no los tenemos.

¿Y alguna estrategia nueva a nivel económico?

Estamos en negociaciones para ver si avanzamos más en el análisis de datos como el coste por litro de leche, el coste de mano de obra, en definitiva, todos los costes de producción que hay en una explotación.

Miguel Ángel quiere, además, compararse con otro tipo de explotaciones, es decir, ver cómo están aquí con respecto a otros.

En cuanto a los forrajes. ¿Qué le pide a los cultivos para tener buenas calidades?

Lo que siempre pido a todos los ganaderos es alta digestibilidad. Si tenemos alta digestibilidad, la vaca aumentará el consumo de materia seca, aumentará la producción de sólidos y aumentará la producción de litros de leche. 

Este año sí que hemos conseguido un silo de maíz que a mí me gusta, con picado largo de 22 y más digestibilidad, y Miguel Ángel me ha comentado el mes pasado que las vacas comen más y producen más.

En forrajes de cereal es más complicado, porque ya dependemos un poco más de la climatología, es por eso que el cereal no es nuestra base forrajera, sino que lo es el silo de maíz; de hecho, el ganadero está metiendo cada vez más kilos de maíz en la ración. Cuando yo llegué aquí, andaban sobre 24 kg de silo de maíz y este año ya estamos en 34-35 kg.

¿Cómo de importante es este tipo de asesoramiento?

Mi trabajo no solo es importante por la visita al ganadero o por asesorarle con respecto a otras granjas, sino porque siempre hay puntos donde poder mejorar.

Los técnicos intentamos ponernos cada vez más al día y actualizarnos constantemente. Con 60 años que tengo sigue siendo fundamental para luego transmitir esa actualización a nuestros clientes.

ÁVILA Y RANZ, ÚLTIMOS FICHAJES

Los veterinarios Ángel Ávila y Joaquín Ranz, especializados en nutrición y reproducción, respectivamente, han sido las dos recientes incorporaciones de la ganadería Fuentes del Tajo.

Ángel Ávila los visita cada mes desde Galicia para analizar cómo están las raciones, qué resultados están dando y aconsejarlos también en los cultivos, además de mejorar la gestión técnico-económica de la explotación.

Desde Madrid viaja Joaquín Ranz cada semana para realizar la reproducción de sus animales, un trabajo que ambos coordinan con los propietarios y con el veterinario en plantilla de la ganadería.

La media de número de partos se aproxima a las 2,3 o 2,4, la media de inseminaciones por preñez en vacas es de 2,5 y el intervalo entre el parto y la inseminación fecundante es de unos 140-150 días. En el centro de recría están inseminando a sus animales a los 13-14 meses en función de su peso.

Joaquín Ranz, asesor en Reproducción en Fuentes del Tajo
“La dinámica de reunirse sin problemas agudos me parece muy positiva, porque se trabaja más relajado”

¿Cómo surgió la relación?

Hemos comenzado a trabajar juntos hace poquito, no habrá pasado más de mes y medio, pero la relación viene de hace mucho tiempo. A Miguel Ángel lo conozco del sector desde hace muchos años.

Hemos coincidido bastante y le tengo mucho aprecio. El día que cerramos las condiciones, le dije: “Miguel Ángel, nos conocemos de toda la vida y hemos hecho sendas paralelas. Trabajar juntos a última hora me hace mucha ilusión”.

¿Cuáles son sus principales objetivos en esta granja?

Haremos visitas programadas semanales y, desde que empezamos, llevaremos unas cuatro.

Es una granja que me ha sorprendido, porque tienen un sistema de trabajo muy organizado, con un veterinario en la propia explotación que está pendiente del día a día.

Mis labores se centran principalmente en el trabajo reproductivo y en pelear por la máxima eficiencia a través de los que llamamos ‘controles reproductivos’. También estaré a cargo de la responsabilidad sanitaria de la clínica, aunque el veterinario en plantilla está a pie del cañón, pero siempre pueden surgir algunas cosas un poco más complicadas, e incluso también cubriré sus periodos de vacaciones. 

Al final de cada jornada hacemos una pequeña reunión, tomamos un café y compartimos sensaciones, aportamos ideas para que todo esto vaya mejorando.

Muchas veces la sensación que tengo con otros clientes es que nos reunimos cuando hay problemas.  Esta dinámica de reunirse sin problemas agudos me parece muy positiva, porque se trabaja más relajado.

¿Qué aspectos destacaría a nivel reproductivo?

El criterio es común a muchas granjas. Tratamos de mantener la fertilidad en niveles elevados, controlar el posparto y llevar un buen programa sanitario que afecta a las enfermedades reproductivas. 

La reproducción no consiste tanto en ideas brillantes, sino más bien en un trabajo continuo, permanente, de perseverancia, para que las cosas funcionen bien.

SÓLIDOS Y LONGEVIDAD

La genética de sus animales es una de las prioridades en Fuentes del Tajo. “No somos una ganadería de tipo, pero queremos que nuestras vacas se vean y luzcan bien”, destaca Miguel Ángel.


“No somos una ganadería de tipo, pero queremos que nuestras vacas se vean y luzcan bien”

Trabajan con una única empresa que les suministra toros holandeses y americanos y su criterio de selección se fija en tres parámetros: sólidos, grasa y proteína; longevidad, y el índice de ingesta de alimento por producción.

Utilizan únicamente raza holstein y ahora mismo están probando un toro holstein rojo que gusta mucho: “Tenemos ya 210 hijas de este toro, 40 de ellas ya paridas, y estamos muy contentos con el resultado”.

Se decantan por la genómica, porque “es algo que funciona, pues tenemos buenas vacas y buenas producciones. Es verdad que si vemos un toro probado que nos gusta, también lo empleamos, pero no suele ser el caso”, admite el ganadero.

Usan el semen holstein sexado para todas las novillas y en un 10 o un 15 % de las primíparas mejores, el resto de las vacas son inseminadas con semen de carne, concretamente de azul belga, por garantizar mucha facilidad de parto. “Ahora está muy de moda el angus, pero a mí no me gustan mucho las modas, porque tan pronto sube el precio como baja, y con el azul belga siempre nos mantenemos en un buen precio”, detalla. Los animales de carne son vendidos con 15 días.


“Cualquier cosa lo cambia todo en un momento y debemos ser siempre competitivos y buscar un equilibrio”

LECHE PARA CUATRO COMPRADORES

Hace dos años, cuando el mercado se encontró con falta de leche, en Fuentes del Tajo decidieron abrir un poco el abanico de compradores para su producción y ahora mismo están vendiendo a cuatro empresas.

Venden parte de su leche a dos grandes empresas como Lactalis y Schreiber, y otra parte a dos queseras pequeñas de la zona: Quesos Esperanza del Castillo y Talavera Selecta.

Los precios se mueven entre los 470 y los 485 euros por tonelada.

Miguel Ángel mira al futuro con incertidumbre porque cree que en este sector no se pueden hacer muchos cálculos a largo plazo: “Cualquier cosa lo cambia todo en un momento y debemos ser siempre competitivos y buscar un equilibrio. Eso es de lo que se trata. Haciendo las cosas bien, te acaba yendo bien”.

Sus objetivos a corto plazo son dos: mejorar la gestión de purines, “ya sea con una planta propia de biogás o con una común que se instale en la comarca”, apunta Jenifer, y construir un pequeño cebadero de azul belga, “para darles salida nosotros mismos a nuestros terneros de carne”, finaliza la ganadera.