EN LA GRANJA | FONTIXÓN (CASTRO DE REI, LUGO)

Gente joven con las ideas claras para quedarse en la granja familiar

María y Andrea Otero son las caras más jóvenes de la ganadería Fontixón y últimamente están protagonizando las noticias relativas a los concursos de jóvenes preparadores y manejadores de la raza frisona, tanto es así que participarán en el próximo certamen europeo Young Breeders School al quedar primera y segunda clasificadas en el ranking realizado por el Club de Jóvenes Ganaderos de Galicia, en colaboración con la Federación Gallega de la Raza Frisona (Fefriga). Tanto ellas como sus padres, Juan Carlos y Julia, han querido compartir con nosotros cómo se plantean el presente y el futuro de su granja de leche. Más en Vaca Pinta 45.

Localización: Castro de Rei (Lugo)

Propietarios: Juan Carlos Otero y Julia Naval

N.º total de animales: 550

Vacas en ordeño: 280

Media de producción anual: 37 l/vaca/día

Porcentaje de grasa: 4,20 %

Porcentaje de proteína: 3,40 %

RCS: 190.000 cél./ml

Venta de la leche: Lactalis

Resulta muy motivador y esperanzador llegar a una granja lechera en Galicia, en pleno crecimiento, porque la última parte de las instalaciones se ve aún muy nueva, construida hace muy poco tiempo, y conocer a unos propietarios como Juan Carlos Otero y Julia Naval con unas hijas muy jóvenes, pero con las ideas ya muy claras y con la ilusión de formarse para quedarse con el negocio familiar.

María y Andrea Otero, con tan solo 18 y 16 años, están seguras de que “estudiarán algo relacionado con la ganadería”, aún no saben qué, pero algo que les ayude a gestionar la granja familiar y a garantizarle un futuro.

Combinan sus estudios con la presencia en la granja, porque “nos criamos entre las vacas y siempre nos gustó pasar el día a día con ellas”, explican las dos.

Además, asistieron ya a algunas de las Escuelas de Jóvenes Ganaderos organizadas por la Federación Frisona Gallega (Fefriga) y su gusto por los animales y por la ganadería se acrecentó. “Conocemos a muchos chicos y chicas como nosotros que les gusta este mundo y estás muy a gusto”, señala Andrea.


“Nos criamos entre las vacas y siempre nos gustó pasar el día a día con ellas”

Como resultado de estos encuentros, tanto Andrea como María también comenzaron a participar en los concursos de preparadores y manejadores que se llevan a cabo en el marco de las competiciones morfológicas de Galicia. “Lo que más me gusta es pelar y manejar a los animales en la pista, porque domarlos ya es un trabajo constante y que requiere de mucha paciencia”, indica María. “Manejando a las vacas me siento mucho más a gusto, estoy más cerca de ellas. Para el pelado noto más presión y se necesita practicar mucho más”, añade su hermana Andrea.

Ambas coinciden en que este tipo de convocatorias ayudan a dar visibilidad al sector, para que se conozca cómo los ganaderos cuidan de las vacas, y destacan como parte más positiva “el trato con la gente, ya que gracias a los certámenes tienes contacto con otras personas como tú”.

No solo participan sino que casi siempre se llevan medalla. Por una parte, María Otero subió al podio dos veces en el último certamen regional, ya que se convirtió en la ganadora del Concurso de Jóvenes Manejadores y del Concurso de Jóvenes Preparadores de Ganado. Por otra, en el campeonato de manejadores celebrado en la Moexmu el primer fin de semana de abril, ambas hermanas consiguieron el primer y el segundo puesto de mejores manejadores.                                                            

 

HISTORIA LIGADA AL CRECIMIENTO

La ganadería Fontixón echó a andar con los padres de Juan Carlos, y él, siendo muy joven, decidió quedarse en la explotación para trabajar. Las instalaciones más antiguas de la granja estaban justo al lado de la casa familiar y en 1996 decidieron construir la primera nave en la ubicación actual. “Aunque muy cerca de la casa, este nuevo lugar nos permitió ir creciendo poco a poco”, asegura el ganadero.

A los dos años ampliaron un nuevo tramo y a principios de los años 2000, otro más. En 2012 hicieron un establo mucho más grande que el que tenían e instalaron una nueva sala de ordeño, con la que cuentan actualmente. La última de las ampliaciones la llevaron a cabo en 2022, para 100 vacas más.

“En la actualidad tenemos un rebaño de 550 animales, de los que ordeñamos unas 280 productoras. Mantenemos regularmente alrededor de unas 40 secas y el resto es recría”, relata.

La recría, desde que nace, se instala en boxes individuales con cama de paja durante las primeras dos semanas y luego pasa a la amamantadora, donde se diferencian dos lotes por edad. “Aquí pasan unos dos meses, hasta que se destetan, y luego van formando diferentes grupos de 12 animales hasta que llega el momento de inseminarlas”, describe Juan Carlos.


“En la actualidad tenemos un rebaño de 550 animales, de los que ordeñamos unas 280 productoras”

En los boxes individuales y en la amamantadora cuentan con cama de paja y en los siguientes tienen colchoneta (de los 6 a los 11 meses) o arena (a partir de los 11 meses). Las novillas próximas al parto y las secas descansan en compost. “Estamos contentos con este sistema, porque, aunque aquí tenemos mucha humedad, lo llevamos bien y creemos que es positivo para los animales”, apunta.

En invierno, les añaden viruta o algo de carbonato cada segundo día, más o menos, y remueven con una fresadora todos los días. En verano, con pasarles el apero es suficiente.

Inseminan a los animales sobre los 13 meses en función de su tamaño y de su condición corporal y, cuando les queda un mes para el parto, pasan al lote de preparto, también en cama de compost.

Las vacas en producción se distribuyen en tres grandes lotes con cubículos y camas de arena. Según comenta Juan Carlos, “la arena para las de leche funciona muy bien, puede dar algo más de problema en las fosas, pero, de momento, no podemos quejarnos, estamos satisfechos”.

A lo largo de los pasillos de alimentación cubrieron los comederos con acero inoxidable para que “las vacas tengan la comida lo más limpia posible. Es un poco caro, pero para mí es lo mejor”, opina.

En la distribución de los bebederos, el ganadero se limita a la normativa existente. Otras instalaciones que influyen en el bienestar de las vacas son la disponibilidad de rascadores y los ventiladores de la nave antigua. “El calor empieza a afectar en esta zona y en el establo viejo colocamos unos ventiladores pequeños a lo largo de las cornadizas junto a aspersores de agua que se conectan cuando hay una cierta temperatura y humedad”, explica el ganadero. Poco después instalaron otros ventiladores más grandes para aumentar el efecto refrescante del sistema.

La limpieza de las naves se lleva a cabo automáticamente con arrobaderas de cable que empujan todo el purín hacia cuatro fosas, dos de ellas cubiertas, con una capacidad total de 4.600.000 litros.


Le dan máxima importancia a la ubre y a las patas de sus futuras productoras

ORDEÑO EN SALA DE 32 PUNTOS

Ordeñan a sus productoras dos veces al día en una sala 2x16 con retirador automático y medición. “Hace tres años cambiamos los podómetros por collares y este sistema nos ofrece más datos, como los celos o la rumia. Ahora logramos mejores datos de fertilidad y notamos que las cifras de la rumia son muy importantes, porque, en cuanto la vaca comienza a no comer de manera habitual, es que algo empieza a pasar”, reconoce Juan Carlos.

Desde enero de 2022 aplican el sellado selectivo con antibiótico y sellador para vacas con infección o propensas a infectarse. “Tomamos como referencia el historial de mastitis clínica durante la lactancia, el recuento de células somáticas de los últimos meses y realizamos test de California”, resume.

Actualmente están logrando una media de producción por animal y día de 37 litros con unas calidades de grasa del 4,2 % y de proteína del 3,4 %. El recuento celular se mueve en un promedio de 190.000 células por mililitro.

PRIORIDAD A LA UBRE Y LAS PATAS

En cuanto a la genética de sus frisonas, Juan Carlos y Julia dan máxima importancia a la ubre y a las patas de sus futuras productoras.

A la hora de seleccionar las dosis de los toros con los que inseminarán a sus vacas se dejan asesorar por técnicos del sector que les realizan los acoplamientos con toros que venden y con los del programa de mejora genética de Xenética Fontao. En ocasiones, utilizan semen sexado en novillas, crían todas las hembras que nacen y venden todos los terneros.

Hace seis años tomaron la decisión de empezar a trabajar en la granja con el sistema ProCROSS, un programa de cría de animales a través del cual se cruzan tres razas de vacas: la holstein, la montbeliarde y la roja sueca, para intentar lograr mejores datos en calidades, de salud y de fertilidad.

Tras este tiempo de experiencia, el ganadero lucense afirma que “las vacas funcionan bien, en cuanto a la producción consiguen datos similares a las holstein, pero notamos que son más fuertes, más resistentes en relación a la salud”.

“Es cierto que no son tan bonitas y parece que a mis hijas les gustan más las holstein”, dice el ganadero reconociendo que María y Andrea defienden más la mejora genética de la raza pura holstein. “Ahora seguiremos así –dice Juan Carlos– y después ellas que hagan lo que quieran”. A día de hoy cuentan tan solo con un 30 % del rebaño en ProCROSS.

Para hablar de las cifras del área reproductiva de Fontixón, charlamos con María José Rodríguez, la veterinaria de la explotación, quien confirma que la media de inseminaciones por preñez en novillas ronda las dos y en vacas alrededor de las tres, el intervalo entre partos se aproxima a los 411 días y la media de número de partos del rebaño es de 2,4.

María José Rodríguez, veterinaria de Fontixón
“Al pasar muchas horas en la granja, vas viendo los puntos que se deben corregir para cumplir con el plan de explotación y con las normativas, para ser cada vez más eficientes”

¿Cuántos años lleva trabajando en Fontixón?

Hace casi tres años. La propuesta surgió por parte de Julia y de Juan cuando yo estaba terminando una sustitución en la ADSG de Castro de Rei. Me propusieron trabajar en su explotación unas horas.

¿A qué aspectos de la granja se dedica?

Estoy centrada en el aspecto burocrático de la explotación. Llevo los libros de explotación y de medicamentos al día. Anoto todos los datos, aplico las vacunas intranasales para prevención de infecciones respiratorias en terneras y llevo a cabo protocolos de vacunación en vacas secas, para prevenir las diarreas neonatales, y de prevención de cetosis en el preparto y posparto.

En lo relativo a la calidad de la leche, aprovecho los datos del control lechero para sacar muestras de leche de vacas con altos recuentos en células somáticas para así prevenir o tratar alguna mastitis lo antes posible y los datos de BHB, que son indicadores de cetosis subclínica.

¿Cuál es su rutina cada mañana?

Cuando llego, reviso en el ordenador toda la información que transmiten los collares de monitorización del celo y de disminución del tiempo de rumia e ingesta de comida. Luego, junto con los veterinarios de Aira, revisamos cada uno de esos animales. Hago las prescripciones de medicamentos necesarias y aplico los tratamientos.

¿Cumple así con las exigencias normativas del veterinario de explotación?

En eso estamos. Hay que elaborar un plan sanitario integral que incluye actuaciones sanitarias, de higiene, de bioseguridad y de uso racional de antibióticos.

En este caso, al pasar muchas horas en la granja, ya vas viendo los puntos que se deben corregir o mejorar para cumplir con el plan y con la normativa y para reducir el uso de antibióticos y ser cada vez más eficientes.

¿Qué opinas de esta legislación y cómo va a afectar a las ganaderías?

Es algo que habrá que cumplir; entonces, cuanto antes se adapte la explotación a las nuevas normativas, mucho mejor. Como todo lo nuevo, asusta, pero luego será beneficioso para ellas.

¿De cara al futuro, están centrados en mejorar algún aspecto concreto?

Siempre hay cosas que mejorar para beneficiar el bienestar animal y las condiciones de trabajo de los trabajadores. Cuanto más cómodo esté todo, mejor para ambos.

Ya está en mente reformar la zona de la recría, para darles un espacio más amplio, y la zona de preparto, sobre todo de cara a la temporada de invierno.

Otro aspecto que sigue siendo una asignatura pendiente, creo que a nivel general, es la transformación de datos en conclusiones finales.

¿Cómo ve el futuro de Fontixón?

Veo una granja con futuro y, además, a las nuevas generaciones, por ahora, les gusta mucho la ganadería.


“Siempre me gustaron más las máquinas que las vacas, pero lo cierto es que quienes producen la leche y el beneficio de este negocio son ellas”

PASIÓN POR LA MAQUINARIA

“Siempre me gustaron más las máquinas que las vacas, pero lo cierto es que quienes producen la leche y el beneficio de este negocio son ellas”, admite Juan Carlos. Como consecuencia de su pasión por la maquinaria, siempre se dedicó más a las labores relacionadas con el campo y la alimentación de los animales, mientras que sus padres se ocupaban más de los temas relacionados con el ordeño y el manejo de las vacas. Con la jubilación de sus progenitores, ahora se encarga Julia de esa parte y él continúa dedicado a lo que más le gusta.

Trabajan un total de 130 hectáreas, rotan con maíz y hierba unas 90 ha y el resto queda en praderas para forraje. Gracias a la concentración parcelaria de la zona, “tenemos todas las fincas alrededor de la ganadería, en un radio de 2 km más o menos y la gran mayoría son tierras grandes de 10, 15 o 20 ha”, resume.

El maíz que siembran a principios de mayo es de un ciclo 260, mientras que el que siembran a finales de mes o principio de junio es de un ciclo 200. Dependiendo de las zonas, realizan siempre varios cortes de hierba y 10 ha las dedican a una mezcla de raigrás con veza y tréboles, “pues ya nos obligan a hacerlo así las nuevas políticas agrarias de la UE”. Con todo, lo que más utilizan en esta ganadería es el raigrás, como mucho híbridos de raigrás italiano y raigrás inglés.

Con los cultivos de maíz llegan a rendimientos de 40.000 kg/ha y con la hierba aseguran que hay más variación, “algunas veces logramos 20.000 kg/ha y otras casi alcanzamos los 30.000”, explica.

Se encargan de llevar a cabo todos los trabajos que implican estos forrajes, menos del picado del maíz, un servicio que contratan a empresas externas. Para ello, cuentan con una larga lista de maquinaria de última generación y equipada con tecnología de vanguardia.

En este sentido, Fontixón es una de las ganaderías fieles a la empresa lucense Durán Maquinaria Agrícola. Juan Carlos intenta recordar cuántos años de relación los unen, pero “son tantos, que ya ni me acuerdo”, subraya entre risas.

Su contacto comercial se convirtió ya en una amistad, pues “el fundador de la empresa, Antonio, hablaba con nosotros, le decíamos lo que necesitábamos y él ya nos traía lo que entendía como mejor. No teníamos que mirar ni buscar nada”, recuerda Juan Carlos.

La máxima confianza con él y ahora con sus hijos, Antonio y Manuel Durán, es el principal pilar de su vínculo y, además, destaca el buen servicio que siempre prestaron y siguen prestando a sus clientes.

Javier Murias, responsable de Alimentación en Fontixón
“Buscar la eficiencia máxima de los animales es una forma de abaratar”

¿Desde cuándo trabaja en Fontixón y por qué comenzó su relación?

Llevo trabajando en Fontixón aproximadamente desde hace treinta años. Juan y yo colaboramos desde hace mucho tiempo. Prácticamente, empezamos a trabajar juntos, él en la ganadería y yo haciendo nutrición. Puedo decir que aprendimos los dos a la vez.

¿En qué consiste su asesoramiento?

Me encargo de la analítica de los silos de hierba y de maíz y de la formulación de raciones para vacas de leche, vacas secas y novillas.

Además de todo lo relacionado con la alimentación, también le aconsejo en temas de instalaciones y obras. Yo viajo mucho y visito explotaciones de toda España o incluso del extranjero y siempre compartimos esa información.

¿Qué raciones están administrando y por qué?

Esta granja es autosuficiente y produce todo el forraje que necesita, es por ello por lo que las raciones están basadas principalmente en forraje producido y cosechado en esta ganadería.

La ración de las vacas de leche suele estar siempre por encima del 60 % de forraje, entre el 60 y el 70 %. Se trabajan forrajes de mucha calidad, que nos permiten poder hacer raciones muy forrajeras.

Ahora mismo, están con una ración a 24 kilos de materia seca. Se compone de 33 kg de silo de maíz; 7 kg de un silo de hierba de primer corte, de una calidad extra con un 48 % de materia seca y un 20 % de proteína; 2 o 3 kg de un silo de hierba con más fibra, para aportar la cantidad suficiente que necesitamos para que las vacas funcionen; 6 kg de un núcleo con harina de maíz, soja extorsionada y correctores, y 4,5 kg de colza.

La ración de las vacas secas consta de 12 kg de silo de maíz, aproximadamente, sobre 7 kg de silo de hierba fibroso, 5 kg de paja, porque ahora mismo no tenemos suficiente silo de hierba, y 3 kg de concentrado.

Por último, la ración de las novillas está compuesta básicamente de silo de hierba y de hierba seca. De los 4-6 meses a los 10-11 meses, todo forraje con un par de kilos de concentrado y, a partir de los 12-13 meses hasta el parto, forraje y 1-1,5 kg de concentrado.

¿Hace alguna recomendación en cuanto a manejo o bienestar de los animales?

Sí. Esta es una granja que trabaja con camas de arena. Creo que es lo más recomendable para pensar en el bienestar de los animales, en la salud de la ubre y en la rentabilidad. En la actualidad, hacer cama con otro tipo de producto es extremadamente caro. La arena aquí es muy económica y, en cuanto al manejo, no hay nada que se le pueda comparar.

En la recría y en las vacas secas se trabaja en una zona con cama de arena y en otras zonas con compost. Estamos contentos con su funcionamiento y, posiblemente, en el futuro se aumente el trabajo con ese tipo de cama.

¿Cuánto tiempo llevan utilizando el compost para las camas?

Con este sistema llevaremos en torno a tres o cuatro años. El motivo principal de comenzar con este tipo de cama fue ahorrar costes, pero el inconveniente que tiene aquí en Galicia es que te obliga a trabajar con muchos metros por vaca, pues en invierno es muy complicado mantenerla seca y confortable.

Con sus buenos resultados, estamos valorando incluso la posibilidad de incorporar un separador.

¿Qué características demanda a los cultivos de maíz y de hierba para conseguir forrajes de calidad?

Apostamos, sobre todo, por la calidad, porque, aunque llevamos dos o tres años con unos precios de la leche muy buenos, esta granja fue capaz de crecer incluso en situaciones de lo peor,  y ese crecimiento se logró gracias a que hay mucha cantidad de forraje y de mucha calidad.

En los forrajes buscamos estabilidad, que sean muy digestivos, que el momento del corte sea el adecuado y que el maíz no sufra estrés por sequía.

Tratamos también de picarlos muy bien, que el silo quede muy bien compactado, para guardar unos niveles de materia seca correctos y que se estropee lo mínimo posible.

¿Están intentando aplicar alguna estrategia para abaratar el coste de la ración?

Siempre estamos haciendo estrategias para intentar abaratar el coste de la ración, pero la principal es producir cada vez más.

El objetivo de esta granja es subir la media de producción. Ahora mismo, estamos a dos ordeños y en torno a los 37 litros con la ración que te comenté antes y a dos ordeños. Queremos intentar hacer un par de litros más con esta misma ración.

Este es un trabajo constante, porque buscar la eficiencia máxima de los animales es una forma de abaratar.

¿Por qué cree necesario este tipo de asesoramiento? ¿Cómo puede mejorar la rentabilidad?

Creo que lo más importante para estos ganaderos es que yo pueda compartirles la información a la que ellos muchas veces no tienen acceso.

RACIONES POR EDADES

La alimentación de los animales de Fontixón comienza con tres días de calostro y luego tienen leche en polvo y agua a disposición. Desde que entran en los lotes de la amamantadora, la máquina les proporciona la leche según las tablas que ellos mismos diseñan y además reciben pienso starter y agua. Después del destete comienzan a comer la ración de las vacas de lactación combinada con otro pienso de arranque.


Piensan en perfeccionar el espacio de cama caliente para las terneras, en incorporar una nueva amamantadora y en construir un nuevo silo

Por un lado, desde los 6 hasta los 13 meses reciben una mezcla de 9 kg de silo de hierba, 1,5 kg de paja, 1 kg de colza y 1 kg de concentrado de las vacas de leche. Por otro lado, las terneras preñadas reciben otra ración de 16 kg de silo de hierba, 3 kg de hierba seca y 1 kg de concentrado de vacas secas. El lote de secas y de preparto se alimenta con 12 kg de silo de maíz, 7 kg de silo de hierba, 5 kg de paja y 3,5 kg de concentrado de secas y, finalmente, la ración de las productoras se prepara con 33 kg de silo de maíz, 9 kg de silo de hierba, 6 kg de concentrado y 4,5 kg de colza.

EQUIPO Y VENTA DE LA LECHE

Además de trabajar codo con codo con su veterinaria y con el nutrólogo, valoran muchos más aspectos de la ganadería con otros técnicos especializados en diferentes áreas.

Son socios desde hace muchos años de la Cooperativa Aira y tienen contratada una visita diaria de una de sus veterinarias. Además, los lunes los dedican al control reproductivo, también con un veterinario de Aira. Según cuenta la veterinaria de la explotación, María José Rodríguez, “hacemos diagnóstico de gestación a partir de los 28 días tras la inseminación y una revisión de las positivas a los 60 y a los 200 días. Las negativas se inducen al celo para volver a inseminarlas, aplico los tratamientos en caso necesario y anoto todos los datos en el programa informático de la granja”.

De la podología se encargan los podólogos de Seragro. Una vez al año realizan el recorte de pezuñas a todas las vacas y “si hay cojeras u otro tipo de problema, se avisan y vienen lo antes posible para evitar el sufrimiento del animal y las pérdidas económicas que estos acarrean”, recalca.

Están vendiendo toda su producción a Lactalis y les están pagando por cada litro unos 49 céntimos, aunque “todo parece indicar que el precio bajará en los próximos meses unos tres céntimos. Veremos cómo va la negociación”, valora el ganadero.

Por las calidades reciben primas de 3 €/t a partir del 3,70 % de grasa y de 4 €/t a partir del 3,20 % de proteína.

SIEMPRE CON LA IDEA DE MEJORAR

Una buena genética, un correcto manejo y unos forrajes de calidad son para Juan Carlos y Julia los tres pilares de la ganadería Fontixón para continuar con su crecimiento.

Entre ellos dos, sus cuatro empleados, la veterinaria de la explotación y su equipo de asesores pretenden seguir trabajando de la misma manera, pero mejorar ciertos aspectos, “porque siempre hay margen de mejora en todo”. Ya están pensando en perfeccionar el espacio de cama caliente para las terneras, en incorporar una nueva amamantadora más moderna para la recría más joven y en construir un nuevo silo.

Quizás la próxima vez que visitemos esta ganadería lucense, ya veamos alguna de estas novedades.