En esta entrevista publicada en Vaca Pinta 41 conversamos con el director de la compañía holandesa Dairy Data Warehouse, especializada en análisis de datos en el sector lácteo, Fernando Mazeris, sobre los últimos avances en cuanto a tecnificación y gestión de datos en ganadería.
¿Qué tipo de labor desarrollan en lo referente al análisis de datos en granja?
Nuestra compañía se dedica a trabajar con datos de explotaciones lecheras de forma global y a aportar valor a estos datos desarrollando algoritmos de inteligencia artificial cuyo objetivo es ayudar a los ganaderos a incrementar el rendimiento de sus granjas. Esto contribuye, al mismo tiempo, a mejorar su sustentabilidad y a generar todo tipo de beneficio para potenciar la eficiencia productiva.
¿A qué nivel diría que está la tecnificación en España en comparación con otras zonas de Europa?
No conozco España como para poder establecer una diferencia con los países nórdicos. Sí puedo decir que, en el norte de Europa, tanto en Escandinavia como en Holanda, estas tecnologías se están utilizando desde hace más años que en el resto del mundo en general.
En la actualidad hay muchísima tecnología que llega a las granjas y eso significa una gran colección de datos. La forma en que se utilicen esos datos es lo que puede hacer destacar a una granja, hacerla mucho más productiva que otra. Con esto, no me refiero solamente a cómo los maneje el ganadero, sino también su equipo de asesores: su nutrólogo, su veterinario...
¿Qué áreas identifica como las más punteras en lo que se refiere a tecnificación dentro de la granja?
Lo más destacable respecto a lo que ha estado sucediendo en las ganaderías de leche es la incorporación masiva de sensores que permiten monitorizar diferentes parámetros fisiológicos del animal y, después, utilizar esa información para determinar el estado de las vacas y cómo proceder con ellas.
Nosotros utilizamos esos datos, que están en el ordenador del ganadero, para ayudarles a sacarle más provecho a los mismos, valorizamos esos datos, y para eso utilizamos herramientas de inteligencia artificial, específicamente la tecnología de aprendizaje profundo. Por ejemplo, una de las herramientas que nosotros utilizamos sirve para predecir la aparición de ciertas enfermedades en las vacas al momento del secado. Predecimos cuál es la posibilidad de que esos animales se enfermen en la lactación siguiente. Esto le permite al ganadero y a su asesor diseñar estrategias preventivas para evitar que suceda. De esa manera, se disminuye su potencial impacto y, al aumentar la salud de los animales, se promueve un incremento en la producción.
Ha intervenido como ponente en la última edición del Congreso Anembe, en donde ha hablado del impacto de la IA en la ganadería. ¿Su empleo será cada vez más habitual?
Sí. Creo que el uso de IA en granja se va a masificar notoriamente, como sucede en muchas otras actividades. Nosotros usamos inteligencia artificial todos los días en distintos ámbitos. Ya sea para seleccionar qué película ver o para ir de un lugar al otro y evitar el tráfico. Es constante.
Durante mi charla, hice una pequeña analogía con las tecnologías que se usaron en el Mundial de Fútbol de Qatar: de la misma manera que un árbitro tiene que decidir qué es falta, un ganadero debe identificar si esta vaca se va a enfermar o no, si este animal tiene que dejar la granja o quedarse, cuál es más o menos productivo...
¿Diría que se están gestionando de manera correcta este tipo de datos en la actualidad?
Una cuestión muy importante es que estas aplicaciones que se están desarrollando tienen que ser extremadamente fáciles de usar, tienen que simplificarle la vida a la persona que las usa y no al contrario.
Por ejemplo, nosotros damos la opción de que el usuario reciba la información de las predicciones por WhatsApp, por SMS o por email, lo que le sea más conveniente y a la hora que mejor le vaya. Puede configurar más o menos alarmas en base a cómo de sensible quiere que sea la herramienta a la hora de identificar animales que requieren de atención.
Todo esto es esencial para que haya una óptima utilización de estas nuevas tecnologías, tanto por parte de los propietarios de las granjas, como por los asesores. El rol del veterinario sigue siendo muy importante para aportar el contexto adecuado a las aplicaciones y poder, a su vez, sacarle todo el provecho.
En este sentido, ¿hace falta más formación en el campo de las nuevas tecnologías para los profesionales del sector?
Sí, pero al menos como primera medida hay que perderles el miedo. En mi charla me preguntaron sobre el nivel de preparación que deberían tener los ganaderos para poder adaptarse a estas herramientas y yo mantengo que de ninguna manera creo que vaya a ser necesario que haya un científico de datos en una granja. Ese no es el propósito, pero sí hay que entender realmente cómo funciona el concepto, cuáles son las limitaciones, saber que no hay que obedecer ciegamente a lo que una aplicación electrónica dice. Es importante tener en cuenta todo esto y, para ello, es fundamental la formación de los profesionales.