8 ROBOTS LELY ASTRONAUT A5

La granja XL Roncero elige el tráfico libre y el ordeño robotizado

Alberto, Daniel y Félix Roncero son los propietarios de la ganadería Roncero, ubicada en Peleas de Abajo, en Zamora. Se trata de una explotación familiar XL que decidieron robotizar al completo; para ello, apostaron por Lely con ocho Astronaut A5. Más en Vaca Pinta 47.

Hace veinte años que los socios actuales, junto con su hermano Salvador, fundaron la granja. “Siempre decimos que estamos muy orgullosos de ser ganaderos. Tanto mi hermano Salvador como yo iniciamos esto porque habíamos empezado a trabajar en la explotación que antes tenía mi padre con otros socios; allí aprendimos y nos encantaba”, contó Alberto Roncero.

Empezaron con una sala de 2x12 y, coincidiendo con el vigésimo aniversario del negocio, dieron el paso a la robotización, debido a que ya hacía un tiempo que tenían ganas de dar el salto. Con la propuesta que Lely les hizo, decidieron que el momento había llegado: “La intención es que el 11 de noviembre de 2024, a veinte años del inicio de la actividad, tengamos los ocho robots funcionando”, manifestó.

“Mi hermano Daniel y yo somos los dos pilares de la granja, sin olvidar a mi padre, Félix, que es el cemento de unión” –narró Roncero, al tiempo que explicó que su rol se centra en la gestión en ganadería y en recursos humanos, mientras que Daniel se encarga de la parte económica y de la agricultura–, “aunque los dos somos partícipes de ambos roles, ya que vemos necesario ser conocedores del trabajo del otro. Esta es una de las razones para el crecimiento: diversificar mejor y que sea más fácil el entendimiento entre hermanos que, como sabemos, a veces es difícil en las sociedades familiares”.

Para poder llevar a cabo las tareas diarias, cuentan con la ayuda de varios empleados: seis en la ganadería, uno en administración y dos en agricultura.

EL CAMBIO A LA ROBOTIZACIÓN, RÁPIDO Y POSITIVO

Tienen en ordeño unos 350 animales, 100 vacas secas aproximadamente y en recría, en Valencia, poseen 200 novillas. El número medio de ordeños en los robots es de tres, mientras que en lo que les queda de sala la cifra se reduce a dos. Los datos de producción también son llamativos: “En robot estamos en torno a los 40 litros, con picos de 41 y 42; en cambio, en sala, nos quedamos en 35 o 36 como mucho”, reflexionó el ganadero. Actualmente, están empleando cuatro Astronaut A5. En noviembre, con la puesta a punto de los cuatro restantes (en total, contarán con ocho unidades), terminarán la transición hacia la robotización del ordeño y podrán prescindir de la sala de forma definitiva.

Al mes de la puesta en marcha de los cuatro primeros A5 las sensaciones ya fueron positivas: “Las vacas se adaptaron muy bien y ha habido un fácil manejo con ellas, que, junto con el manejo que nosotros ya tenemos de la ganadería, se ha forjado una unión aceptable para que el resultado sea el que estamos viendo a día de hoy, con el cual estamos contentos”.

LAS VENTAJAS DE LELY Y DEL TRÁFICO LIBRE

Desde la firma holandesa defienden con firmeza la puesta en marcha de los robots de ordeño y del tráfico libre en granjas de gran tamaño. Roncero es el ejemplo claro de por qué este modelo funciona para las ganaderías XL. “La opción del ordeño robotizado no es lo que otras granjas como la nuestra suelen tomar en consideración. Sin embargo, la iniciativa surgió para afianzar el personal que tenemos, queremos que siga con nosotros, así que con Lely y con el tráfico libre confiamos en poder asegurar esos puestos de trabajo para un futuro”, expresó Alberto sobre las motivaciones que los llevaron a apostar por los A5.

Con Lely han notado un aumento de producción significativo, aspecto que se evidencia por el paso de dos a tres ordeños; sin embargo, nos explican desde la explotación que anteriormente ya habían estado en tres ordeños en alguna ocasión y, sin embargo, nunca habían conseguido las producciones que a día de hoy obtienen: “Los animales están muy tranquilos, aunque es cierto que el manejo que siempre hemos tenido aquí creo que ha dado pie a que se hayan acostumbrado muy rápido al nuevo método de ordeño y que la entrada de las vacas esté siendo buena”.

Con respecto al tráfico libre, en un principio no estaban seguros de si era la opción que querían, “pero he de decir que ha sido todo un acierto y que estamos satisfechos”, confesó. Ya habían escuchado recomendaciones de amigos que están en tráfico libre desde hace tiempo y tenían ganas de probarlo, porque se adecúa al ordeño del animal al poder ir cuando le da la gana, cuando lo necesite y cuando quiera.

Alberto Roncero destacó también de Lely la buena experiencia con su equipo técnico, conformado por “personas profesionales y muy cercanas. La relación con ellos es muy directa y nos hemos sentido muy a gusto con el trato recibido”.

EL PUNTO DE VISTA DE LOS EMPLEADOS

Rocío Esteban lleva ya ocho años trabajando en la granja. El cambio al ordeño robotizado lo vivió bien: “Antes estaba en la sala día a día y ahora metemos retrasos en los robots, y son muy pocos. Es otro mundo distinto, porque allí pasabas tres horas o el tiempo necesario y ahora son solo unos ratos concretos con el robot, con lo cual puedes invertir más tiempo en otros aspectos”, aclaró. La ganadera resaltó asimismo en positivo las áreas de separación de detrás del robot: “Las vacas están tranquilas, no hay ningún problema ni sufren de estrés”.

Francisco Javier Rojas lleva tres años en Roncero. Con el cambio, sintió que el trato con los animales es más agradable, ya que al ordeñarse de forma automática tienen tiempo para estar pendientes de ellos. En cuanto al tráfico libre, indicó que es más cómodo tanto para las vacas como para ellos.

En cuanto al futuro de las ganaderías XL, Alberto lo tiene claro y considera que pasarán por el robot de ordeño y por el tráfico libre: “Nosotros barajamos también el batch milking, pero lo descartamos porque te limita a tres ordeños o sería complicado hacer más, mientras que con el tráfico libre no tienes esta traba. En las granjas grandes puede parecer complicado el paso a la robotización, pero en nuestra experiencia, y arrancando con cuatro robots al mismo tiempo, no lo fue para nada”.

EL PAPEL DE LOS FMS

Tamara Castro es FMS en Lely Center Ávila. Su papel pasa por analizar los parámetros productivos del rebaño antes, durante y después de la puesta en marcha del sistema de ordeño robotizado. Para ello, tienen en cuenta diversos puntos.

En la alimentación, siempre se intenta llegar a un acuerdo con el nutrólogo y realizan una estrategia en la que van supliendo paulatinamente el pienso del pesebre por el concentrado del robot sin penalizar la producción de las vacas. “Es importante lograr un equilibrio óptimo entre el pesebre y la cantidad de pienso que se da en el robot, pero también es crucial contar con forrajes de buena calidad que nos garanticen un nivel de fibra óptimo para evitar problemas de salud ruminal”, indicó Castro. Desde Lely, buscan alimentar a cada animal en función de sus necesidades, con la consecuencia final de obtener la máxima producción posible.

En cuanto a la salud podal, siempre se valora con el ganadero qué incidencia hay para ver si es necesario tomar algún tipo de medida y llegar al arranque con el menor número de cojas posible. También se analiza previamente el recuento de células somáticas e incidencia de mamitis.

“Uno de los principales motivos que están moviendo a los ganaderos a dar el salto a automatizar las granjas es la mano de obra, sobre todo en las XL, porque están preocupados de optimizar el tiempo de sus empleados”, aseveró Tamara Castro. El objetivo que persiguen desde Lely es que una única persona pueda gestionar un patio de 120 vacas en un máximo de 20 minutos en cada turno.