Esta ganadería de la provincia de A Coruña pasó de un robot a ocho en trece años, lo que deja constancia de cómo se puede crecer de forma escalonada con los robots de ordeño de la multinacional holandesa Lely. Ver más en Vaca Pinta 46.
Ganadería de Pazos SCG se encuentra en el ayuntamiento de Mazaricos, en la provincia de A Coruña. Esta explotación familiar, la cual gestionan los hermanos Jesús y Fernando Perfecto, cuenta con ocho robots Lely Astronaut A5 y tres Lely Vector para alimentar a sus vacas.
Esta granja nace en 1986, momento en el que los padres de Jesús y Fernando empezaron con las vacas en un establo con 40 animales. En los años 90 ya comenzaron con el carro mezclador y Jesús se incorporó a la ganadería cuando terminó sus estudios. “Empezamos a pensar en poner el primer robot en el 2005 y también a cruzar las vacas a favor del Procross”, explica Jesús.
En el año 2007 colocaron el primer Lely A3 en las instalaciones antiguas. En el 2011 construyeron la nave donde ahora Ganadería de Pazos tiene toda la producción de leche. Ahí instalaron un nuevo A3 y trajeron el otro de la nave vieja, aunque como comenta el ganadero, “la granja ya se había dejado preparada para la implementación de cuatro máquinas, pero fuimos haciendo las cosas de forma paulatina”.
En 2013 adquirieron un tercer robot y, en 2015, el cuarto, todos ellos Lely Astronaut A3. “Desde el 2015 nos movimos siempre entre las 230 y 260 cabezas en ordeño”, relata este ganadero de A Coruña.
A partir del año 2020 empezaron con el nuevo proyecto, haciendo una ampliación de la granja e incorporando los ocho robots Lely Astronaut A5 y los Lely Vector para la alimentación de sus vacas.
Para Jesús Perfecto no es más difícil crecer con los robots de ordeño, aunque sí apunta que “hay que dejar las cosas pensadas para poder ir evolucionando poco a poco. Cuando empezamos con el primer robot ya teníamos en mente poner los cuatro, y cuando los tuvimos, teníamos claro que queríamos seguir creciendo”.
Para Perfecto fue más fácil pasar de cuatro robots a ocho que de uno a dos: “Al final lo importante es dejar todo mirado, tener una idea de futuro e ir poco a poco implementándola”.
Con la ampliación para poner los ocho robots Lely Astronaut A5, el diseño de la granja cambió bastante, ya que se prepararon unas áreas de separación muy cómodas para el trabajo diario y un diseño en L corta para gestionarlas mejor.
Ahora mismo, disponen de cuatro lotes de dos robots y 120 vacas en cada uno de ellos. Para Jesús, las áreas de separación “son completamente fundamentales, sobre todo si trabajas con tantos animales, ya que te ayuda mucho en el trabajo diario y en el manejo”.
Ganadería de Pazos tiene hoy en día 500 vacas en ordeño, de las cuales casi todas son Procross. El ganadero se confiesa un enamorado de los cruces, ya que para él “funcionan mejor las vacas”. Empezaron cruzando a los animales en el 2007 y no se arrepiente de ello.
Las Procross para Jesús Perfecto tienen una mejor colocación de los pezones, “es muy raro que se crucen los pezones de atrás y, además, estas vacas son más activas en el robot de ordeño”. En cuanto a la reproducción, también tienen gran diferencia para el ganadero sobre las frisonas, “ya que quedan preñadas mucho mejor y en el posparto también se nota”, asegura.
Con respecto a la longevidad, “las Procross son muy buenas, al igual que en el tema de salud. Son animales con muchos menos problemas y con los que nosotros estamos encantados”, asevera Perfecto.
En esta explotación coruñesa inseminan siempre a celo natural, algo para lo que poseen los collares de celo, rumia, ingesta y estrés por calor de Lely. Siempre inseminan a partir de los 60 días en lactación y, así, “la reproducción nos va muy bien porque tenemos mucho control”, expone el ganadero.
En cuanto a leche, que es la pregunta que se hace siempre mucha gente, estas vacas “también son muy buenas. Nosotros llegamos a tener picos de producción de 47 litros por vaca y por día, aunque sí que es cierto que la media anual solía rondar los 42-43 litros por vaca y por día”, aclara Jesús Perfecto.
En la granja se hicieron muchos cambios en los últimos años, algo que afectó un poco a las vacas y bajaron bastante la producción. “Quitamos las camas de arena porque decidimos construir un biodigestor y ahora utilizamos el estiércol como material para la cama una vez secado y procesado”. Gracias al digestor “somos completamente autónomos con la energía, ya que antes teníamos bastantes trabas porque estamos en el final de la línea de la luz”, cuenta.
En Ganadería de Pazos pasaron de tener los modelos Lely Astronaut A3 a los A5 y la principal diferencia que ven es “el consumo de aire en el compresor, ya que con los nuevos robots se redujo en más de un 80 % al día. Los A5 son mucho más eficientes, además de incorporar la entrada y salida recta para las vacas, algo que creo que es una gran ventaja”, afirma Jesús.
La nave de esta granja de Mazaricos es muy larga, pero Jesús dice que “eso no es problema para que las vacas vengan o no al robot. La distancia no es un impedimento en nuestro caso”. Desde el robot hasta el final de la nave hay casi 65 metros, y detrás están las áreas de separación.
Jesús y Fernando Perfecto gestionan la ganadería con la ayuda de cinco empleados, aunque habitualmente suele haber seis personas en total trabajando para atender a las más de 900 vacas que poseen. “Intentamos concentrar la labor diaria por la mañana, la tarde es mucho más llevadera”, comenta Jesús Perfecto.
Con los ocho Lely Astronaut A5 introdujeron también el Lely Vector para la alimentación. Cuentan con dos cocinas para tener el alimento y tres boles para repartir la comida a las vacas. Perfecto asevera que “los animales agradecen tener la comida siempre fresca, y más aún en esta época del año, para que así no se les caliente en el pesebre”.
En cuanto a la gestión de la cocina, la llenan unas tres veces a la semana, y Jesús dice que “no tenemos ningún problema de que se nos caliente la comida”. Como comenta Perfecto, “las cocinas se diseñaron en un sitio que estuviera muy cómodo y con fácil acceso a los pasillos de alimentación”. Para este ganadero el Vector es “un gran sistema porque puedes tener toda la alimentación mucho más controlada”.
La gente que piensa que la comida se calienta en la cocina “está muy equivocada, ya que con la desensiladora puedes hacer mejor los cortes que fresando con el carro mezclador. Son más precisos y no se mojan los frentes de los silos”, asegura Jesús.
Ganadería de Pazos maneja unas 180 hectáreas de terreno para alimentar a los animales y lo único que suelen comprar es la paja.
De cara al futuro, lo que buscan es “estabilizarnos y amortizar la inversión que hicimos. Queremos seguir con nuestro rebaño y mejorar la producción de leche, que ahora mismo está rondando los 37 litros por vaca y por día. Siempre se busca mejorar y vamos de la mano de Lely para poder conseguirlo”, finaliza el ganadero.