En la localidad de Albalate de Cinca, situada en la provincia de Huesca, nos encontramos con la Ganadería Puyal. Hace dos años y medio que reemplazaron el robot que ya tenían en su granja, de otra marca, por uno de Lely, el Lely Astronaut A5. Los beneficios no tardaron en llegar y el cambio de tráfico forzado a libre fue positivo tanto para el rebaño como para los ganaderos. Más en Vaca Pinta 47.
Gregorio Puyal es socio de esta ganadería, que nació en el año 2020, junto con sus dos hijos. Actualmente, ordeñan a más de setenta animales en un Lely Astronaut A5 que instalaron hace dos años y medio y, por momentos, alcanzan los tres ordeños de media por vaca y día. Así pues, han logrado llegar a los 220 ordeños diarios en algunas épocas del año. Puyal manifestó que el robot “lo lleva perfectamente y sin problemas”. En un futuro, el objetivo es adquirir otra unidad del A5 para seguir avanzando en la eficiencia del negocio.
DE TRÁFICO FORZADO A TRÁFICO LIBRE
El proceso de la implantación del robot fue muy rápido y, tal y como cuenta el propietario de esta granja, “una casualidad del destino”. Alberto Sánchez, responsable de ventas y marketing de Lely Center Los Corrales, explicó el contexto de cómo se decidieron a instalar un Lely Astronaut A5 en esta explotación. Sánchez y Unai Etxaiz, delegado de ventas de Lely en el País Vasco, Navarra y Cataluña, se acercaron hace años a Ganadería Puyal, cuando todavía contaban con un robot de otra marca, con el que estuvieron trabajando 14 meses. Durante la visita, descubrieron que el ganadero no estaba contento con el desempeño de la máquina de la que disponía por aquel entonces.
“Evaluamos sus resultados, lo estuvimos escuchando durante toda la mañana y llegamos a la conclusión de que quería cambiar de robot”, narró Alberto Sánchez. Trabajaban con un tráfico guiado severo con puerta inteligente, donde los ejemplares estaban en una sala de espera, permanecían muchas horas de pie y no entraban a ordeñarse.
Con el cambio a Lely, eliminaron todos los hierros y puertas e instalaron el A5 de forma provisional; más adelante, ya lo movieron al lugar que ocupaba el anterior robot. “Todo esto se tradujo en una mejora generalizada del bienestar de los animales. Pasaron de hacer 178 ordeños con el robot anterior a días de 220. De hecho, los propietarios están tan satisfechos que quieren implementar una segunda unidad”, relató Sánchez.
“Hice el cambio sin mucha meditación y, desde entonces, la situación ha mejorado. No hay comparación. El tráfico libre es bueno para la vaca, para el ganadero y para todos”, confesó Gregorio Puyal.
Además, el socio de la explotación valora de forma muy positiva el tráfico libre que defienden desde Lely: “Ahora igual miras al robot y no hay ninguna vaca, pero te vuelves a girar y ya hay una. No sabes ni de dónde ha salido. Van directas al robot a ordeñarse. Es otro mundo”.
BENEFICIOS DEL A5
Un aspecto que Gregorio Puyal aprecia del ordeño robotizado con Lely en comparación a su experiencia previa es que el robot funciona correctamente y que no da problemas; a mayores, no son necesarias visitas constantes del técnico y la máquina no se queda horas parada. También le da gran importancia al hecho de no tener que intervenir de manera manual, sino que el robot hace bien su trabajo, de forma silenciosa, y uno ni se entera.
“No sé por qué a las vacas les gusta tanto este robot: si les da mejor de comer, si las ordeña más suave… pero lo que está claro es que están a gusto, porque siguen yendo solas a él”, expresó el ganadero.
Uno de los hijos de Gregorio, Miguel Puyal, añadió en este sentido que han notado mucha mejoría con el A5, sobre todo en el tema de no tener retrasos y en la forma en la que pasan los ejemplares, ya que les gusta entrar a este robot: “Antes no era así. Ahora hay vacas que se acaban de ordeñar y vuelven a pasar dos o tres veces seguidas. Yo no sé qué tiene, pero les agrada”.
BIENESTAR ANIMAL Y RENTABILIDAD DEL NEGOCIO
Miguel Puyal comentó que en estos dos años y medio ha percibido que sus animales están mucho más tranquilos: “El estar más horas tumbados en el parque y menos horas de pie parados en la sala de espera ha sido un avance”.
“Cuando recibimos visitas en la granja, lo que más sorprende es el número de ejemplares que se llegan a ordeñar y la tranquilidad que transmiten. Las vacas no pierden el tiempo: comen, beben, se tumban y se ordeñan; tienen su rutina y no las obligas a hacer nada. Si no lo ves, no lo crees”, contó el joven ganadero. También destacó en positivo que viven en rebaño sin mucha intervención humana de por medio, es decir, casi no las molestan en todo el día, ya que no lo necesitan.
“Dentro del robot, la vaca tiene espacio para ordeñarse, visibilidad para ver al resto de los ejemplares y lo que está pasando fuera. Ve cómo le ponen las pezoneras y observa todo. Está tranquila porque es como si estuviera de pie en el parque, con la única diferencia de que la están ordeñando. Es la forma natural del ordeño del animal”, aseveró.
Otro punto importante que cabe destacar a raíz del montaje del A5 es la parte económica de la granja, ya que, en definitiva, se trata de un negocio y necesitan tener la mayor rentabilidad posible. En este sentido, Miguel Puyal aclaró que “para nosotros es el ámbito más relevante, pero siempre garantizándoles el bienestar a las vacas. Dependemos de que ellas estén bien y tranquilas para que produzcan gran cantidad de leche”.
Con respecto al futuro, la idea es realizar una ampliación con otra nave y otro robot: “Ya tenemos un gran número de recría de animales y la explotación casi pide la ampliación, con lo cual, en cuanto podamos, la haremos. Además, queremos seguir con Lely porque nos ha dado muy buen resultado”, concluyó Puyal.