La ganadería de Uziel de Carvalho, en la localidad portuguesa de Monte Redondo (Leiria), nació en 1984 con apenas 25 animales y el crecimiento paulatino en número de cabezas ha marcado su trayectoria.
A la gestión de la granja se han unido ya sus dos hijas, Diana y Rita, y actualmente suman un rebaño de 430 vacas, de las que ordeñan 215 productoras.
Llevan cinco años trabajando con robots GEA. Iniciaron la robotización del ordeño con tres máquinas, a los tres años colocaron la cuarta y ahora están en pleno proceso de instalación de la quinta, que comenzará a funcionar a principios del año que viene.
El incremento de producción y de número de ordeños, la mejor calidad del trabajo y el control más exhaustivo de los animales, combinado con la gestión del rebaño gracias a los collares CowScout, son los tres beneficios que les ha aportado esta decisión.
Localización: Monte Redondo (Leiria, Portugal)
Número total de animales: 430
Vacas en ordeño: 215
Media de ordeños: 3
Media de producción: 36 l/vaca/día
Porcentaje de grasa: 3,60 %
Porcentaje de proteína: 3,30 %
¿Por qué decidieron pasar del sistema de ordeño convencional al robotizado y cuántos años llevan ordeñando con los robots de GEA?
Teníamos dos salas de ordeño, una de 16 puntos y otra de 9. Fue una decisión que en su día tomé y creo que fue un error, porque el ordeño en dos salas posiblemente nos perjudicaba.
La decisión de pasar al ordeño robotizado fue provocada por la falta de personal especializado para el ordeño. Empezamos a tener muchos problemas y optamos por ello entre 2016 y 2017. Finalmente, comenzamos a trabajar con los robots en 2018, hace unos cinco años.
¿Qué características valoran más del robot de GEA tanto para las vacas como para su trabajo y la gestión de la explotación?
Por un lado, nosotros trabajábamos con el programa de GEA desde hacía unos treinta años y siempre fuimos adaptándonos a todas sus actualizaciones. Por lo tanto, continuar con la misma marca suponía seguir con el mismo proceso. Nos pareció que era la forma más fácil de trabajar, con un programa que ya conocíamos. Creímos que cambiar nos complicaría un poco la vida.
Por otro lado, nos gustó mucho el método de limpieza de los pezones. Fue uno de los motivos por el que optamos por este sistema.
¿Cómo ha sido la evolución del ordeño robotizado en vuestra granja?
Comenzamos con tres robots. Al principio tuvimos algunas dificultades porque no supimos adaptar bien la ración a la cantidad de pienso suministrado por el robot. Una vez que adoptamos medidas para realizar la alimentación correctamente, el cambio fue radical.
En la sala de ordeño convencional estábamos en unos 34 litros de media. Al inicio de los robots, bajamos a 28 litros de media y, cuando encontramos la mejor forma de racionar la alimentación, llegamos a 39 litros de media.
Con todo, la evolución, entre altos y bajos, fue muy buena.
Incorporamos el cuarto robot entre 2020 y 2021, y el año que viene arrancaremos con el quinto.
¿Qué beneficios les aportó el sistema de ordeño robotizado?
Mejoramos el número medio de ordeños, aumentó la producción y nos facilitaron mucho el trabajo.
¿Qué producciones medias diarias por vaca obtienen con los dos robots?
La producción media diaria por animal varía a lo largo del año, fundamentalmente a consecuencia del calor, sobre todo en verano.
Como media diaria anual podemos decir que rondamos los 36 litros.
¿Y cuál es la media de número de ordeños?
Estamos en tres ordeños por vaca y día.
¿Qué razas de vacas están ordeñando actualmente?
La base de nuestras vacas es holstein y estamos cruzando con montbeliarde y roja sueca. Por un lado, la montbeliarde es una raza mixta de carne y leche que da unos animales más valorados en matadero. Por otro lado, la roja sueca es una raza un poco más pequeña, que tiene una buena resistencia de patas y con la que mejoramos significativamente la reproducción.
Con este cruce reducimos mucho el uso de medicamentos y no utilizamos apenas antibióticos.
¿Tienen más equipos GEA?
Sí. Trabajo con los collares CowScout desde hace muchos años. Hace más de treinta años que monitorizamos a nuestras vacas para ver sus producciones. En aquel entonces, poco más se podía ver.
Hoy en día, vemos prácticamente todo. Podemos tener una percepción de todos los animales enfermos, porque nos saltan las diferentes alertas, realizar de manera más precisa la detección celos y controlar mejor su rumia y actividad.
Esto nos permite mejorar la sanidad de nuestro rebaño y la calidad de nuestras inseminaciones, porque optimizamos al máximo la hora en la que inseminar con muy buenos resultados.
Por último, el tiempo de rumia es extremadamente importante. Si alguna de nuestras vacas reduce ese tiempo, sabemos que algo no está bien. Reviso cada mañana estos datos y examinamos aquellos animales que están fuera de su patrón habitual.
¿Cuál es su meta de crecimiento?
Mi meta es llegar al número de animales que me permite la explotación, físicamente, y la base territorial, a nivel agrícola, lo que exigirá unos siete robots de ordeño.