GEA EN SAT OS CARRÍS (FRIOL, LUGO)

Confianza en GEA para diseñar el cambio al ordeño robotizado

La incorporación paulatina de la robótica ha sido la tónica habitual de estos últimos años en la ganadería lucense SAT Os Carrís (Friol). 

La mejora en gestión de rebaño aportada por los collares CowScout, sumada al deseo de lograr los tres ordeños al día, fue el punto de inflexión para que los seis socios de la granja diesen el paso de apostar por la instalación de cuatro robots R9500 de GEA.

El diseño del proyecto se centró en dos puntos de ordeño, cada uno de ellos con dos robots; sala de espera; puertas de preselección, para dar acceso solamente a animales con permiso de ordeño, y postselección, para tener concentrado el espacio en el que vigilar a aquellos animales que lo necesiten.

Después de un año de trabajo con robots, han logrado los tres ordeños de media, han aumentado la producción de sus vacas y ya notan un bienestar animal mucho mayor.

Además, aseguran haber conseguido una rutina de trabajo más cómoda, más sencilla y mucho más atractiva para los propios socios, los empleados y las próximas nuevas generaciones. 

Localización: Friol (Lugo)
Número total de animales: 390
Vacas en ordeño: 200
Media de ordeños: 2,9-3
Media de producción: 39-40 litros/vaca/día
Porcentaje de grasa: 3,70-3,80 %
Porcentaje de proteína: 3,20-3,30 %
RCS: 120.000 cél./ml

“Los robots permiten adaptar la jornada laboral a la que se podría tener en cualquier otro trabajo”

¿Qué sistema de ordeño tenían antes?
Teníamos una sala 2×10 de GEA con ordeño trasero. Estábamos muy contentos con ella, porque funcionaba bien, pero echábamos mucho tiempo con el ordeño, unas tres horas más o menos. Ese fue uno de los motivos por los que empezamos a pensar en la robótica.

¿Cuáles fueron las causas que motivaron su paso al ordeño robotizado? 
Las vacas cada vez son más productoras de leche y tienen que tener la mejor calidad de vida, entonces creíamos que teníamos que buscar el tercer ordeño. Las únicas formas de conseguirlo eran con mano de obra externa o con la robotización. 

Además, los robots permiten adaptar la jornada laboral a la que se podría tener en cualquier otro trabajo. Vienes por la mañana y por la tarde, pero te vas temprano, tienes conciliación familiar y eso es muy importante.

Comenzamos la automatización de nuestra granja con un arrimador de comida, gracias al que dejamos de estar tanto tiempo en ella.
Al dejar de venir tanto, nos dimos cuenta de que comenzábamos a perder un poco el control de los animales y esto nos llevó a instalar la identificación de todo el rebaño con los collares CowScout. Nos aportaron una cantidad enorme de datos en cuanto a detección de celos, rumia, ingesta o actividad.

Cada paso con una nueva tecnología nos resultaba mejor y, valorando el tema del tercer ordeño, fue cuando nos decidimos por los robots. Al final, la robotización está ahí, hay que adaptarse a ella y sacarle el máximo partido.

¿Por qué eligieron GEA?
Nos decantamos por GEA porque ya conocíamos la marca y porque tiene algunas diferencias en comparación con el resto. 

Por un lado, siempre quisimos el foso y no estamos arrepentidos para nada. El foso permite una accesibilidad a la ubre gracias a la cual puedes atajar cualquier problema que tenga una vaca sin llevarla a otro sitio. 

Por otro lado, la separación por cuartos también está muy bien. Puedes desechar la leche de un pezón al drenaje y seguir destinando la leche de los otros tres al tanque.

Por último, el servicio técnico es algo fundamental. En nuestro caso, no podemos pedirle nada más al distribuidor de la marca en la zona, Tecnor Lalín Maquinaria. 

¿Cómo diseñaron el proyecto?
A la hora de pensar cómo instalar los robots le dimos bastantes vueltas. Visitamos muchas granjas, barajamos diferentes opciones, incluso el tráfico libre y, al final, nos quedamos con este sistema en el que cada par de robots cuenta con puertas de preselección, sala de espera, salida guiada y postselección. 

 “La postselección nos aporta, sobre todo, mucha comodidad”

La puerta preselectora solo permite la entrada a la sala de espera a aquellas vacas que tienen permiso de ordeño y la postselección nos distribuye el rebaño hacia el establo o hacia una zona de enfermería. 

Así, está todo en un circuito muy cómodo y pienso que fue una muy buena elección. A nosotros nos aporta muchas ventajas y, sobre todo, mucha comodidad, porque usas esta zona todos los días y no tienes que molestar al resto para localizar a uno o a varios animales en concreto. Es mucho más fácil.

¿Cómo recuerdan el proceso de cambio?
Empezamos con los dos primeros robots la última semana de junio de 2022. Lo recuerdo con algo de miedo al principio, la verdad. Lleva su tiempo, porque unas vacas se adaptan mejor que otras, pero pensé que iba a ser mucho peor. La adaptación fue muy buena.

Luego, tardamos seis meses en arrancar con la segunda fase y esta resultó más difícil, porque tuvimos que compaginar la instalación del tercer y cuarto robot en el sitio de la antigua sala de espera y nos dio un poco más de guerra, pero muy bien. Mejor de lo esperado.

¿Qué beneficios les ha aportado la robotización del ordeño? 
Hemos llegado a una media de 2,9 o 3 ordeños al día e incrementamos un par de litros la producción. Además, el trabajo es muy diferente.

En cuanto a producción, esperamos que el aumento aún pueda ser mayor, pero llevamos poco tiempo y han sido muchos cambios. Además, notamos a los animales supertranquilos.

Por otra parte, a nosotros el trabajo nos ha cambiado mucho. No es tan físico como antes. Podemos permitirnos una jornada de trabajo más normal y con menos horas. Ahora, con los cuatro robots, una persona sola es capaz de sacarlos adelante en un momento puntual, no tiene problema. Es un trabajo mucho más llevadero y, además, más atractivo, tanto para gente externa como para la gente joven. Es mucho mejor. Tiene muchas ventajas.

¿Cómo está siendo su experiencia con los collares CowScout?
Muy buena. Por un lado, si una vaca deja de comer por lo que sea ya te salta una alarma. Aunque tú no la veas mal, ella está mal y el collar funciona de manera instantánea. Nos anticipamos a cualquier caso clínico. 

Por otro lado, en lo referente a la detección de celos, funciona al 100 % tanto en novillas como en vacas.

El último paso en la robotización de la granja ha sido la instalación de la amamantadora V640.
Sí. Llevamos tan solo una semana con ella, pero vemos ya muy buenos resultados. Los terneros van muy bien.

Tras el tiempo de trabajo con los robots, ¿qué valoración hacen del cambio?
No nos acordamos de volver atrás. Pienso que mejoramos bastante. Es que no tiene nada que ver, nuestro trabajo es mucho más sencillo, muy cómodo y nada pesado. 

Estamos muy, muy contentos con la decisión de haber puesto robots GEA.

De momento, la idea es estabilizarse y el crecimiento dependerá de lo que quieran hacer las nuevas generaciones.