Campaña compleja con final feliz para Delagro

Delagro daba por cerrada hace unas semanas una campaña compleja, que ha provocado algún que otro desvelo en sus equipos de compras, pero que ha culminado con un final feliz y con el orgullo de no dejar a ningún socio sin acceso a productos esenciales para el funcionamiento de sus negocios. Lo cierto es que fueron varios factores los que se han ido sumando hasta formar la tormenta perfecta y, sin embargo y pese a ello, Delagro ha conseguido mantener firme el rumbo y llegar a buen puerto.

“Ya veníamos de una situación muy compleja desde la campaña pasada debido a la pandemia, que había golpeado a las cadenas logísticas internacionales. Lo mismo ha sucedido con la tendencia del incremento de los precios de coste de materias primas, a lo que se sumaron las crecientes dificultades en la garantía de suministro a nivel global. Afortunadamente pudimos sortear esas situaciones con un equipo de profesionales que se ha volcado para no nos quedásemos nunca sin stock, trabajando con agilidad y flexibilidad”, explica José Manuel Díaz, responsable Comercial y de Marketing de Delagro.

Así mismo, Ana Martínez, directora adjunta de Producción Vegetal, apunta que a los incrementos de precios y dificultades de garantizar el stock se ha sumado un factor productivo, por el que “la materia prima ha reducido el volumen con el que llegaba al mercado. Se produjeron inundaciones en Alemania y también se padecieron sequías en Centroeuropa. Por otro lado, China comenzó una tendencia de reducción de su producción por el cumplimiento de los límites del protocolo de Kioto, lo que provocó el cierre de algunas fábricas que no cumplen medidas de límites de contaminación. Cuando China deja de vender, esto tiene un impacto a nivel mundial”. La puntilla a esta delicada situación la vino a poner el impacto de la guerra. “Teníamos ya toda la campaña encauzada, cuando los principales graneros del mundo, que son Rusia y Ucrania, entraron en un conflicto bélico y dejaron de proveernos. El impacto ha sido enorme en el precio y la disponibilidad de materias primas y fertilizantes”, añade.

“El precio lo marca el mercado, y desgraciadamente Delagro no tiene poder para influenciar en una reducción de esa subida de precios. Lo que sí podemos hacer es ejercer de dique de contención. Debemos tener en cuenta que, si Delagro desapareciese mañana, el mercado viviría automáticamente un repunte de precios. La dimensión y el poder de negociación de nuestra cooperativa funciona como un ancla de los precios, delimita una zona en la que se puede vender un artículo, tirando de los precios hacia abajo”, asegura Javier Caneda, responsable del área de Producción Vegetal.

"El éxito de la eficacia de Delagro en esta campaña ha sido tener el stock en tiempo y forma para todos los socios, aunque para lograrlo hubiese que remar contra viento y marea”, corrobora Díaz.

Incertidumbre y flexibilidad para la próxima campaña

La estrategia de anticipación cada vez es más difícil de aplicar ante la incertidumbre imperante, pero las compras y el diseño de la estrategia más adecuada para ejecutarlas no se detienen en Delagro. “Con este panorama, ya hemos tenido que comprar las semillas pratenses del próximo otoño y los plásticos de ensilado. Estamos analizando ahora las compras de los fertilizantes que se utilizarán la próxima primavera”, explica Caneda.

Así, el planteamiento de cara a la próxima campaña se ha adaptado a las circunstancias, en un rápido viraje de estrategia. “Al no tener visión de futuro ante la altísima incertidumbre preferimos ir más al día. Las previsiones están muy a la baja, pero también es nuestro papel el de equilibrar esas previsiones en función de posibles escenarios, estableciendo los stocks de seguridad en función de históricos. Las compras no cesan y preferimos ir dando pasitos cortos, poniendo en marcha todas las herramientas que nos permiten movernos con agilidad y sobre seguro”, finaliza.