CLUN: JOSÉ ÁNGEL BLANCO (PRESIDENTE)

“Sin mascarillas se puede vivir, pero sin leche, sin carne y sin huerta, no. Por eso es momento de decirle a la gente que compre productos de aquí”

Desde la cooperativa tenemos las dos visiones. Por una parte, en el campo la crisis nos ha afectado poco y los servicios que la cooperativa presta a los ganaderos se han mantenido. Los veterinarios, los podólogos y los agrónomos extremaron las medidas de seguridad, pero continuaron haciendo su trabajo. Es cierto que en la primera semana se dio algún caso aislado de ganaderos reticentes a las visitas, pero a partir de la tercera la situación se ha normalizado. En cuanto a la prestación de servicios agrícolas más de lo mismo, porque las actividades del campo hay que hacerlas cuando toca, así que se trata de mantener las distancias, de desinfectar…

Por otra parte, los servicios de oficina (seguros, asesoramiento, etc.) sí se redujeron al mínimo y el grueso del trabajo administrativo se hizo desde casa. En este sentido, recomendamos a los ganaderos concertar citas para evitar que vinieran a la cooperativa y no estuviera la persona que los tendría que atender y también para evitar aglomeraciones.

Las tiendas agrarias estuvieron siempre abiertas, pero igualmente les insistimos a los socios que llamaran antes de ir para tenerles los paquetes preparados y en algún caso incluso se hizo reparto a domicilio.

Respecto a la actividad en las fábricas de pienso, de leche, de yogures y de quesos, lo que se hizo fue modificar los horarios, de forma que los turnos no se encuentren unos con otros. Además, las empresas de limpieza ahora no solo limpian, sino que también desinfectan.

En cuanto al consumo, en las primeras semanas se incrementó mucho la demanda tanto de leche como de yogures, con lo cual hubo que reforzar la producción, pero a partir de la tercera semana la situación se normalizó. En nuestro caso, la venta de nuestros productos está en el mismo nivel que antes del inicio de esta crisis. Podríamos hablar de una variación mínima de un 1-2 %, por el incremento del consumo en los supermercados, pero a ese incremento hay que restarle la cancelación del de la restauración y la hostelería.

Lo que sí nos está haciendo mucho daño son las cisternas que entran de otros países a precios irrisorios, ya que nosotros les tenemos que comprar el producto a nuestros socios y pagárselo más caro, mientras que la gente que compra esas cisternas y transforma aquí la leche luego va con esos productos a los lineales de los supermercados con unos precios muy bajos y nos ponen al resto en una situación muy complicada.

Para finalizar, me gustaría hacer un llamamiento a la población: sin mascarillas se puede vivir, pero sin leche, sin carne y sin huerta, no. Por eso es momento de decirle a la gente que compre productos de aquí. En el caso de la leche tenemos la marca Galega 100 %, que acredita que es leche producida aquí, de nuestros ganaderos.


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