#YoSoyCampo by Virbac | Luis Ángel Quintela y Jacobo Álvarez (Lugo)

“Intento transmitir la importancia del veterinario de producción, porque es el garante de la salud de las personas”

Ferviente defensor de la producción animal y de que es una salida profesional que deben aprovechar los futuros veterinarios, Luis Ángel Quintela, profesor de Reproducción y vicedecano de Organización Académica y Estudiantes en la Facultad de Veterinaria de Lugo, repasa en esta nueva edición de #YoSoyCampo cómo ha evolucionado la docencia en los últimos treinta años y los motivos por los que la gente joven no se decanta por los grandes animales como salida profesional.

¿Siempre has querido dedicarte a la veterinaria?
Nunca me había planteado hacer Veterinaria y mi intención era estudiar Biología, pero acabé el instituto y justo ese año abrieron la Facultad de Veterinaria en Lugo, que me quedaba cerca de casa. Por eso, decidí inscribirme y, una vez que entré, cada vez me fue gustando más.
Al terminar, empecé a trabajar, pero enseguida me surgió la posibilidad de quedarme en la universidad. La reproducción me gustaba mucho, hice la tesis y poco a poco fui trabajando cada vez más en ese campo. 
Procuré siempre no quedarme solo en la facultad y hacer trabajos fuera, porque yo entiendo que para explicar lo que es la veterinaria de verdad tienes que conocer lo que están haciendo los veterinarios.
Imparto también muchos cursos a veterinarios, porque me introduje en el tema de la ecografía, gracias al compañero Carlos Díaz de Pablo, y sigo trabajando en esta área.

¿Cómo ha sido la evolución de la docencia en todos estos años?
Comencé a dar clase a principios de los 90 y el cambio, con respecto a ahora, es radical. Había muy pocas prácticas, yo mismo hice tres o cuatro prácticas en toda la carrera y, a día de hoy, tienen casi tantas prácticas como horas de teoría. Disponemos de nuevas tecnologías para dar clases y de un hospital, de una granja de leche en funcionamiento y de un laboratorio de habilidades, donde tenemos simuladores para hacer prácticas sin dañar a ningún animal.

Los veterinarios de producción notan cada vez más la falta de profesionales jóvenes en el sector. ¿Por qué no es un área atractiva para las futuras generaciones?
En mi promoción y las siguientes, creo que el 70 % de los veterinarios nos queríamos dedicar a grandes animales. Actualmente, es todo lo contrario y probablemente solo pretendan hacerlo así el 15 %.
Es cierto que hay más salidas profesionales, pero la producción es el colectivo en el que más demanda de veterinarios tenemos y no se cubre. 
El problema francamente me sorprende. Hasta hace unos años pensaba que era un problema de aquí nada más, que la gente pensaba que trabajar en vacas era un trabajo duro, sacrificado, sucio, desagradable… En el Congreso Mundial de Anembe me di cuenta de que era un reto mundial, que estaba pasando en todas partes.
Además, creo que también está influyendo mucho el desprestigio de la producción animal en sí. No son muchos, pero los pocos que son hacen mucho ruido. Las vacas son las que más contaminan, la carne es mala, la leche es mala, los veterinarios y los ganaderos maltratan a los animales… Todos estos mensajes, la mayor parte mentiras o informaciones sesgadas, acaban minando y entrando en mucha gente.
Por último, también pesa mucho el desprestigio de la profesión. Durante muchos años, fomentamos nosotros mismos esa visión, devaluando nuestro trabajo. 

Ante esta situación, ¿qué se debería hacer?
Digamos que tenemos dos momentos importantes en los que debemos trabajar. El primero creo que es en los institutos, antes de que lleguen aquí, porque hay mucha gente que entra en Veterinaria creyendo lo que no es, que no se queden en que les gustan mucho los animales.
El segundo ya es aquí, en la facultad. Tenemos la labor de explicarles todo lo que estamos haciendo. Cada cierto tiempo organizamos charlas con veterinarios de todos los sectores para que conozcan las diferentes salidas, nos cuenten sus realidades y los alumnos puedan llegar a decidir qué camino tomar.
Aun así, creo también que no está siendo nada fácil movilizar a la juventud. Intentamos hacer de todo, pero es muy complicado.

¿Qué le dirías a un recién licenciado que se está planteando dedicarse a la veterinaria de animales de producción?
Soy un ferviente defensor de la producción animal y de que es una salida profesional que hay que aprovechar. Yo les digo: “Dedicaos a producción animal, porque acabáis la carrera y tenéis trabajo seguro”. 
Intento, además, transmitir la importancia del veterinario de producción, porque es el garante de la salud de las personas. Es el que avala que los animales estén sanos y que no transmitan enfermedades. Es el que garantiza que los productos que salen de los animales, la leche, la carne o lo que sea, tengan las características sanitarias adecuadas. Son los que aseguran lo que comemos.

¿Cuál es el futuro del veterinario de animales de producción en España?
En mi época, tan pronto hacías un diagnóstico de gestación como mirabas una mamitis o tratabas a una vaca de lo que fuera. Tenías que saber de todo, un poco de todo y poco de nada. 
Con el tiempo, los veterinarios se han ido especializando y aparecieron los veterinarios de reproducción, los de calidad de leche, los de nutrición… Creo que esta especialización ha sido muy buena y el ganadero está mucho mejor atendido. 
Es una evolución bastante interesante y creo que merece la pena seguir por este camino.

¿Es necesario trasladar a la sociedad cómo es de importante la labor del veterinario y de los ganaderos?
Por supuesto. Existe un problema de desconocimiento de la labor de los veterinarios. Se minimiza su importancia y, al final, la sociedad no es consciente de que el veterinario está presente cada vez que va a un restaurante, a una cafetería o a un supermercado.
No solo eso, sino también cabe destacar la relevancia del colectivo veterinario en el control de zoonosis, de enfermedades de transmisión a las personas. Gracias a su acción durante muchos años se ha conseguido erradicar prácticamente la brucelosis o la tuberculosis.
Creo que hace falta una campaña muy potente de marketing y de información hacia la población en general, porque los que están informando no son los que tienen que informar.

“No podemos perder el rural, porque comemos todos los días”

 

Jacobo Álvarez forma parte de ese 15 % de los recién graduados en Veterinaria que se deciden por la producción animal como futuro profesional. En esta entrevista nos habla de por qué ha tomado esta decisión.

 

 

¿Por qué decidiste estudiar Veterinaria? 
La verdad es que yo no quería estudiar Veterinaria. Cuando era pequeño, quería ser paseador de vacas, porque una tía abuela tenía cuatro y a mí me encantaba llevarlas a los prados y volver a traerlas. Más tarde, quise ser ganadero, también me planteé trabajar en un banco, pero llegó el bachiller y no me veía en una oficina todos los días, así que me decidí por Veterinaria.
Durante la carrera, descubrí que las vacas me gustaban mucho más y, al acabar, en junio de 2023, el profesor Luis Ángel Quintela me propuso hacer el doctorado con él. Acepté, para dedicarme a las vacas, pero investigando sobre ellas e intentando mejorar su producción.

 

¿A qué área de la veterinaria te quieres dedicar?
Quiero dedicarme a la producción animal, aunque siga en la rama investigadora, porque a mí me gusta mucho la vida gallega rural tradicional.

 

¿Qué es lo que más te atrae del área de animales de producción?
El contacto con el rural. No podemos perderlo porque comemos todos los días y la gran mayoría de los alimentos se producen en el rural. Esa libertad que te da el campo, el respirar aire puro, no la da una clínica. 
Mi tesis doctoral se centra en intentar desarrollar un dispositivo para medir gases de efecto invernadero, en particular el metano, en bovinos de leche a nivel individual.

 

Son pocos los veterinarios recién graduados que se quieren dedicar a grandes animales. ¿A qué crees que se debe esta decisión?
La gran mayoría, como yo, venimos de la ciudad y creo que estamos muy desvinculados del campo, cada vez más.
Trabajar en grandes también implica alejarse de las ciudades y la gente no está dispuesta, creo, a perder todas las comodidades.

 

¿Echaste de menos durante tus años de carrera más información sobre las posibles salidas profesionales?
No. A lo largo de los cinco años tocamos todas las áreas. Nos da tiempo a conocer todas las alternativas y luego nos dan charlas. En ese sentido, la carrera está bastante bien orientada.

 

¿Crees necesario dar solución a esa desvinculación hacia el rural y hacer ver el trabajo real de los veterinarios?
Sí. Los ganaderos son los primeros interesados en tener bien a los animales, porque así producirán mucho más, y los veterinarios debemos hacer un esfuerzo por promocionar una imagen más real de nuestra profesión.
Yo haría esta pregunta: ¿Sabes cuántas veces haces uso del veterinario al día? Cada vez que comemos, “utilizamos” al veterinario.