Lectura de la salud de las vacas a través de los datos de control lechero

Sobre las múltiples posibilidades que ofrece la evaluación del perfil de ácidos grasos en leche conversan los investigadores Aurélien Thery y Ramiro Fouz en este artículo publicado en Vaca Pinta 41.

En el marco del Congreso Anembe de este año, tuvo lugar un simposio sobre nutrición y producción en ganado lechero en el que uno de los intervinientes fue el ingeniero de desarrollo de rumiantes de Valorex Aurélien Thery, que presentó un nuevo producto basado en semillas de lino seleccionadas por su contenido en omega-3.

Uno de los aspectos más importantes para conseguir la mejor eficiencia alimentaria es lograr una reducción del metano que producen las vacas. En este sentido, apunta el francés, el producto que han desarrollado actúa seleccionando la flora ruminal y potenciando más propiónico y no tanto acético y butírico, lo que permite bajar las emisiones de metano, al tiempo que se aumenta la producción gracias a la ganancia que se alcanza. 

CÁLCULO DE METANO A TRAVÉS DE LA LECHE
Galicia es pionera en el análisis de ácidos grasos directamente en leche, labor que realiza el control lechero. A través de este, se estima la emisión de metano que están produciendo las vacas en base a esa configuración de ácidos grasos. 

“Las aproximaciones que realizamos ahora son mucho más cercanas a la realidad porque tienen en cuenta todos los ácidos grasos presentes en la leche”, señala Thery. Emplean los datos que facilita el control lechero al respecto para calcular la producción de metano, lo que a la vez permite controlar cómo está siendo la fermentación en el rumen. 


 “A la hora de medir los efectos de nuestros productos es muy importante tener la información en cuanto a energía y proteína, pero también poder leer la salud de ese animal en la leche”

Thery participó en su momento, junto con otros investigadores como el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela Ramiro Fouz, en un programa apoyado por la Unión Europea para desarrollar un programa en varios países de Europa, entre ellos España, cuyo objetivo era medir los ácidos grasos. “Empleamos los datos que nos proporcionó el control lechero para calcular el metano, también medimos este de manera física e hicimos una correlación que nos facilitó validar la ecuación que usamos. Todo esto no lo podríamos haber llevado a cabo sin la labor del control lechero en Galicia”, remarca. 

Este proceso se está implementando de manera sistemática, cuenta Fouz. “Cada vez que se realiza el control lechero, se hace una estimación en todas las vacas, sobre todo a partir del palmítico, que es el ácido graso que más se correlaciona con la producción de metano”. El objetivo inicial y central tras la puesta en marcha de este proceso, explica, radicaba en ayudar al ganadero a concienciarse de que es un productor de gases de efecto invernadero “y, sobre todo, proporcionarle una herramienta para que vea cómo cualquier cambio que haga en el manejo de su granja puede hacer que vaya cambiando mes a mes esa producción de metano; en definitiva, que compruebe por sí mismo cómo puede ser más o menos eficiente en este sentido”, destaca. 

Son datos muy necesarios, valora el francés. “A la hora de medir los efectos de nuestros productos es muy importante tener esta información en cuanto al equilibrio nutricional entre energía y proteína, pero también, más allá de eso, poder leer la salud de ese animal en la leche, porque sabemos que una vaca sana presenta un correcto perfil de ácidos grasos en leche”, explica el ingeniero de Valorex. 

Además, esta información también se está empleando para conocer el porcentaje de ácidos grasos de novo y preformados. “En función de su origen podemos establecer también unas estimaciones para ver la salud ruminal”, apunta Fouz, quien añade que es interesante intentar que las vacas produzcan mucha grasa y que esta tenga un alto porcentaje de ácidos grasos de novo, porque la presencia de estos se correlaciona directamente con cómo está funcionando el rumen. “Si queremos que una vaca dé mucha leche debe tener salud ruminal”, recuerda.

Así mismo, todo esto impacta en la cantidad de grasa: si en el rumen de la vaca no hay una rumia suficiente, no produce grasa. “Al final, de esta manera estamos logrando trabajar con un amplio abanico de parámetros que antes no se podían medir, así que podría decirse que ya no solo la salud ruminal, sino también la metabólica se puede leer en la leche”, aseveran estos investigadores. 


CLASIFICACIÓN DE ÁCIDOS GRASOS
Los ácidos grasos de la leche se pueden clasificar según su origen en “de novo”, “preformados” o “mixtos”. Los de novo proceden de los ácidos grasos que se sintetizan en la glándula mamaria, los preformados vienen directamente del alimento o de la movilización de la grasa corporal y los mixtos tienen ambos orígenes.
Así, dada su procedencia, un bajo porcentaje de de novo se correlaciona con un mal funcionamiento ruminal y un alto porcentaje de preformados tras el parto se correlaciona con el hecho de que la vaca esté perdiendo mucha condición corporal.