TRÁFICO LIBRE Y DOS A5

Mas Carous apuesta por Lely para optimizar su rendimiento

Lely organizó recientemente una jornada de puertas abiertas en Mas Carous, una granja de Gurb (Barcelona), para dar a conocer el funcionamiento de sus dos robots de ordeño Lely Astronaut A5, así como del Lely Juno y la Lely Calm. Más en Vaca Pinta 51.

En esta explotación se ordeñan 102 cabezas, con una media de 3,4 ordeños y una producción de entre 44 y 46 kg/vaca/día. La asistencia a los robots por parte de los animales es elevada y el manejo del rebaño en Mas Carous es destacable.

Esta granja familiar está gestionada por Marc Arumí y su padre, Josep. Hace poco más de un año iniciaron las negociaciones con Lely. “Marc identificó rápidamente cuáles eran los beneficios que les ofrecíamos y su padre cedió. Las cosas han salido bien. Hoy hay cero fallos y los robots tienen tiempo libre. El Astronaut realiza numerosos ordeños, es fiable y tiene una gran capacidad”, explica Alberto Sánchez, responsable de ventas y marketing en Lely Center Los Corrales, que añade que Mas Carous es un negocio moderno y sostenible con un alto nivel de bienestar animal.

LA COLOCACIÓN DE LOS ROBOTS

Pedro García, coordinador de proyectos de Lely en Cataluña, fue el encargado de llevar a cabo la obra e instalación de los A5 en Mas Carous. “Podríamos haberlos ubicado en la cama caliente, pero eso habría reducido significativamente su superficie. Entre los comerciales y el ganadero coincidimos en que la mejor zona era el área de espera de la sala de ordeño, puesto que después de instalarlos habría quedado inservible”, comenta.

Los robots, por la superficie y los metros cuadrados de la nave, los situaron en forma de L y cola con cola, dejando espacio delante de las máquinas para garantizar el tráfico libre de los animales.

MENOS CARGA DE TRABAJO Y MÁS VOLUMEN DE LECHE

“El cambio ha sido espectacular” –afirma el propio Marc Arumí–, “se ha notado mucho en las vacas: van muy tranquilas. La vida también nos ha cambiado a nosotros: menos trabajo, no dependemos de mano de obra externa y mi familia y yo podemos hacerlo todo solos”, enumera. El hecho de tener los robots y de no contar con ningún empleado para poder realizar las tareas ha influido asimismo en los días de descanso de la familia, con más fines de semana libres para disfrutar y desconectar: “Una sola persona puede encargarse de la ganadería los fines de semana sin problema. Se trata de supervisar y controlar que todo vaya bien”.

Josep Arumí coincide con su hijo: “Ahora te puedes marchar durante el día y no te preocupas de las vacas, porque, si hay algún problema, ya te avisa el móvil. De todas formas, eso ocurre muy pocas veces. En todo este tiempo solo hemos tenido dos alarmas nocturnas y ninguna por motivos graves. Antes no existía esa flexibilidad de horario al tener que venir a ordeñar”.

Otro aspecto positivo de la robotización de la granja se evidencia en el aumento de la producción de leche: “Previamente estábamos en 2 ordeños y ahora nuestra media llega a los 3,4”, expresa Marc. Su producción se ha incrementado en 5 kg más por vaca y día.

EL TRÁFICO LIBRE: UNA OPCIÓN SEGURA

A pesar de que, al principio, tanto Marc como su padre sentían cierto reparo con el tráfico libre, al final decidieron confiar en este sistema y en Lely, y, tal y como confiesan, la decisión fue acertada.

“En nuestro caso, por ejemplo, había una única vaca que no entraba al robot. Se acercaba al Astronaut, pero le daba miedo algún sonido y al final no entraba. Sin embargo, la intención estaba ahí, iba cada día. Ahora hemos activado el área de separación y ya va sin problema, con una media de tres ordeños. Ya no tiene miedo; de hecho, no para de entrar. Si los animales no van, alguna razón hay: se debe encontrar el porqué y actuar, ya que el tráfico libre siempre funciona. Si pasa eso, tiene que haber alguna otra causa de por medio: o está en celo, o tiene mamitis…”, relata Marc Arumí.

Otra preocupación inicial se debía a la longitud de la nave, de 70 metros, ya que pensaban que las vacas no recorrerían tanta distancia para ordeñarse. No obstante, los datos han demostrado lo contrario.

LELY CALM Y LELY JUNO

De igual modo, el hecho de implementar la amamantadora Lely Calm ha sido un factor clave en el aumento del tiempo libre de la familia Arumí. En esta ganadería son muy conscientes de que las terneras serán las futuras productoras: “Uno de los momentos más importantes de su vida son las diez primeras semanas, cuando están tomando leche. Antes de la amamantadora les dábamos como máximo 6 litros al día, ahora estamos con picos de 10 litros. Esto se nota bastante, porque crecen mucho más”, declara Marc.

En Mas Carous adquirieron, a mayores, el arrimador de comida Lely Juno Basic. Camilo Gutiérrez, delegado de ventas de Lely en Cataluña, nos desvela todos los detalles: “Este modelo arrima por el lado izquierdo. En Lely también disponemos del Flex, que en su versión más alta arrima en ambas direcciones y levantando la falda le permite subir pendientes de hasta un 15 %”.

La máquina arrima la comida unas doce veces al día, tal y como cuenta Gutiérrez, lo que permite una mayor disponibilidad de alimento para los ejemplares. Esto aumenta su ingesta y se logra que expresen su comportamiento natural, es decir, que se pongan de pie y que vayan a comer, lo cual se traduce en un complemento perfecto para el robot, ya que, al levantarse para comer, se consiguen más visitas.

“El arrimador dispone de Bluetooth para conectarlo y manejarlo con el teléfono, con la aplicación Control Plus. También posee wifi, lo que le permite estar conectado al programa las 24 horas del día”, informa Camilo.

Para concluir, Gutiérrez especifica que lo más importante del Juno es que realiza un empuje dinámico, es decir, que adapta su fuerza en función de la cantidad de comida disponible, lo que garantiza una distribución eficiente.