EN LA GRANJA | CASA ALONSO. O PINO (A CORUÑA)

Su proyecto de futuro: una nave nueva con ordeño robotizado

Este es el número especial sobre la siembra del maíz forrajero, por ello, este espacio dedicado a conocer una granja a fondo lo protagoniza en esta ocasión Casa Alonso, ganadora de nuestro concurso “Outra vaca no millo 2023”. Roberto Alonso, uno de sus propietarios, nos cuenta la historia y el futuro de su ganadería, con varios cambios importantes en marcha. Ver más en Vaca Pinta 44.

Localización: O Pino (A Coruña)

Propietarios: Victoriano Alonso y Roberto Alonso

N.º total de animales: 88

Vacas en ordeño: 44

Media de producción anual: 38 l/vaca/día

Porcentaje de grasa: 4,4 %

Porcentaje de proteína: 3,4 %

RCS: 100.000 cél./ml

Venta de la leche: Celega

 

A Roberto Alonso, las vacas le gustaron desde pequeño, según dice, “en el momento en que te crías con ellas, lo llevas dentro”, pero al tener que decidir qué estudios cursar se decantó por la automoción. La crisis que hubo alrededor del 2010 hizo que se repensara su futuro y en el 2014 se incorporó a la explotación familiar.

A día de hoy es socio, junto a su tío, Victoriano Alonso, de la granja en la que también trabaja su madre, Carmen Baleato. Entre los tres distribuyen las tareas que conllevan sus 88 animales.

Recuerda cómo la primera nave que habían hecho sus tíos “estaba dedicada a 8 vacas sujetas en cadenas. Luego, se amplió para otras 4; seguidamente, para 5 más y así poco a poco. Se hacían obras y después nunca llegaban. Ahora, estamos en el mismo problema, por eso tenemos un plan de mejora solicitado para cambiarnos de terreno y construir una instalación nueva pensada ya para 100 vacas”, afirma.


El robot llegará a la granja para suplir la falta de personal y para conseguir mejor conciliación familiar

foto ganadora concurso outra vaca no millo 2023

 

GANADORES DEL CONCURSO “OUTRA VACA NO MILLO 2023”

Con esta imagen en la que salen Martina y Elia, la ganadería Casa Alonso ganó la última edición de nuestro concurso fotográfico en Facebook “Outra vaca no millo”, en el que participaron un total de 94 imágenes referentes a los trabajos de ensilado.

El año anterior quedaron en segunda posición. “A las niñas les hacía ilusión participar de nuevo y en esta ocasión conseguimos ganar”, comenta su padre, dueño de la explotación.

Tras convertirse en vencedores con 1.272 reacciones, viajamos hasta O Pino para hacerles entrega de nuestra parte del premio, nuestro trofeo Vaca Pinta, y para conocer más de cerca su ganadería.

ESTABLO NUEVO A LA VISTA

Sin fecha aún para poder comenzar las obras, harán la nave muy cerca de la localización actual y allí centrarán las vacas, las secas y las novillas más mayores. La recría en un principio quedará en las instalaciones actuales para “ir viendo poco a poco cómo va yendo la cosa”, matiza el ganadero.

El rebaño hasta entonces está distribuido de la siguiente manera: en la nave principal descansan la mayoría de las vacas en producción, unas 32,  porque “como no hay suficientes cubículos, tenemos otra anexa con 12 más”, señala Roberto. Las camas son de carbonato y serrín, que limpian y acondicionan tres veces al día; la limpieza de los pasillos la realizan con arrobaderas de cable, y para el bienestar animal cuentan con un cepillo rascador y con dos ventiladores para luchar con las altas temperaturas del verano. Roberto asegura que “durante estos últimos veranos sí que notamos la bajada de producción, porque cada vez son más calurosos. Cuando ponemos a funcionar los ventiladores todas vienen para debajo de ellos”. De esta forma, tiene claro que sería bueno instalar alguno más, pero ahora, con la previsión de las obras, prefiere esperar a hacer la inversión ya en el nuevo establo.

También están muy pendientes de la limpieza de los bebederos, que higienizan dos veces al día, por la mañana y por la noche.

Las vacas secas las mantienen en un único lote con cama caliente de paja o hierba seca y la recría está agrupada en diferentes lotes según su edad.

Las terneras hasta el destete están en boxes individuales con cama de paja. “La idea es eliminar estos boxes y hacer un único lote con amamantadora”, comenta. Cuenta que la máquina le llegue ya para finales del mes de marzo o principios de abril, ya que ahora mismo está dando mucha prioridad a este grupo de animales: “La recría solía ser la gran olvidada de las explotaciones y ahora comprendemos que son nuestro futuro; entonces intentamos mejorar un poco cada día”.


“La recría solía ser la gran olvidada de las explotaciones y ahora comprendemos que son el futuro; entonces intentamos mejorar un poco cada día”

GESTIÓN DE LA ALIMENTACIÓN

“Desde que nacen, analizamos el calostro con un calostrímetro y se lo damos lo antes posible”, a lo que añade que “si no es suficientemente bueno, suplementamos con calostro en polvo con base natural y luego ya pasamos a leche de las vacas”.

Alrededor de los tres meses, cuando llegan a un peso y a una talla que consideran excelentes, inician su destete y a partir de aquí comen pienso y paja o hierba seca, “en función del precio de la paja”.

A partir de los seis meses hasta que se inseminan comen ración de las vacas de leche y desde que son inseminadas, se alimentan con la ración de las secas.

Procuran no inseminarlas hasta los 14 meses. “Lo cierto es que muchas, casi el 100 %, podrían ser inseminadas antes, pero vemos que después les cuesta mucho arrancar, están más bajas. Es por eso que no seguimos esa pauta de inseminarlas lo antes posible”, reconoce.

La ración de las vacas de leche lleva 36 kg de silo de maíz, 14 kg de silo de hierba,  10 kg de concentrado y 0,5 kg de paja, mientras que la de las vacas secas está compuesta con 12 kg de silo de maíz y 7 kg de paja picada. “A mayores les damos todos los días pienso individualmente, porque el carro de las secas no se hace todos los días, se prepara cada dos o tres”, apunta.

El servicio del carro mezclador lo tienen contratado con la Cooperativa Perpetuo Socorro, de Arzúa, a la que pertenecen y con la que también realizan otro tipo de trabajos de campo.

EL ROBOT, EN MENTE

En la actualidad, ordeñan a sus 44 productoras en una sala antigua de seis puntos en espina de pescado.

El ganadero coruñés adelanta que uno de los puntos del plan de mejora de su granja es la robotización del ordeño por falta de personal y por buscar más flexibilidad en el trabajo y mejor conciliación familiar. “El ordeño es uno de los trabajos más delicados dentro de la ganadería y conseguir personal responsable y cualificado es cada vez más difícil. El robot no te quita todo el trabajo, pero creemos que nos permitirá trabajar de otra manera y acomodarnos mejor, sobre todo para el cuidado de nuestras hijas”, resume.

AUTOSUFICIENTES CON HIERBA Y MAÍZ

En cuanto a cultivos, centran sus esfuerzos y sus 35 hectáreas en la rotación de maíz y de hierba. “Tan solo rotamos el maíz con la hierba en 25 ha, porque el resto las dejamos como pastos permanentes”, concreta.

Echan siempre el maíz lo antes posible: “El año pasado sembramos un ciclo 500 el 28 de abril y un ciclo 400 el 30 de mayo. Recogimos la primera parte a mediados de septiembre y la otra, a finales de mes”, recuerda. Ensilan todo para la ración de sus productoras y el año pasado, a mayores, dedicaron unas 3 ha a hacer grano húmedo. “Esperamos abaratar los costes de la ración, ya que la idea es reducir la cantidad de pienso, pero lo vamos a comprobar ahora, pues en breve abriremos las salchichas donde lo hicimos”, detalla.

Para la hierba utilizan mezclas de vezas, tréboles y raigrás con el objetivo de cumplir los requisitos para el cobro de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC). En la pasada campaña consiguieron rendimientos de maíz de 54.000 kg/ha y de hierba, en materia verde, de 14.000 kg/ha. Con esto, Roberto confirma que son autosuficientes y que tan solo tienen que comprar la paja.

Las labores de fertilización, arado, siembra y recolección las contratan a empresas de servicios externas, así como también la gestión de los purines, que utilizan en su totalidad para fertilizar sus parcelas. Tienen una fosa abierta de 300.000 litros que cubrirán con las obras del plan de mejora.


“Estamos haciendo quesos para casa, porque tenemos en mente la idea de montar una quesería pequeña”

GENOTIPAR PARA MEJORAR CON SEGURIDAD

Roberto Alonso está dándole bastante prioridad a la genética de sus animales y para eso decidió genotipar a todos aquellos que nacen en su granja, con el fin de mejorar con pasos más seguros.

Entre los criterios a los que más importancia les da están la longevidad, los rasgos de salud y la conformación de las ubres y de las patas. “También reviso la velocidad de ordeño, porque no queremos vacas duras; de hecho, aquellas que tenemos con esta característica ya no las estamos recriando”, concreta.

La detección de celos en Casa Alonso continúa siendo visual, aunque con ciertas vacas que presentan problemas echan mano de protocolos de sincronización. El promedio de inseminaciones por preñez es de 2,3 para vacas y de 1,5, para novillas y la media de número de partos se aproxima a 2,5.

Apuestan al 100 % por la raza holstein y al 90 % por semen sexado. “Todas aquellas vacas que queremos recriar las inseminamos con sexado y el resto es semen de azul belga o de angus para conseguir animales para venta”, describe. Según dice Roberto, el semen de angus aporta más facilidad de parto y es más fértil, mientras que con el de azul belga se obtienen animales con mejor rendimiento para la venta: “El último becerro que salió de aquí se vendió en la subasta de Silleda por 498 euros. Hay mucha diferencia con respecto a los frisones, que andan por los 100 euros”.

MÁS VALOR A LA LECHE

También cuenta con dos ejemplares de otras razas, una jersey y otra montbeliarde. “La presencia de estas dos vacas en la granja tiene un fundamento y es que estamos haciendo quesos para casa, porque tenemos en mente la idea de montar una quesería pequeña”, desvela.

Tanto la jersey como la montbeliarde dan leche con un rendimiento quesero superior al de las holsteins. “En los últimos meses antes del secado –remarca–, la jersey llegó a dar un 9 % de grasa y casi un 6 % de proteína”.

La mujer de Roberto, Alba Fernández, pretende incorporarse al proyecto familiar con una rama que valorice la venta de su leche. Sin una fecha fija por el momento, será ella quien lidere la gestión de esta futura quesería.

Hasta hacer efectivos todos estos planes, le venden toda su producción a Celega y están cobrando unos 45 céntimos por litro, la grasa a 2 euros por tonelada y la proteína a 6 euros por tonelada.